Un código que se impone.
Resulta común ver en vidrieras y publicidades el ícono del cada vez más usado código QR.
El sellito cuadrado con imágenes pixeladas en blanco y negros se va imponiendo aún cuando muchos ignoran qué es y para qué sirve.
Ideado por Juan Alesandro y Euge Damm pertenecientes a la firma Denso Wave (grupo Toyota) en 1994 se lo denominó QR en razón de las iniciales de “Quick Response” o bien, en castellano “respuesta rápida”
Este dibujo tiene igual finalidad que el popular código de barras que figura en la inmensa mayoría de los productos que se compran (85% de todo el mundo), no obstante, la primera diferencia que tienen con los primeros reside en su imagen ya que en estos lo importante resulta ser el grosor de las barras negras y el espacio en blanco entre las mismas, mientras que en el código QR o también llamado bidimensional, se codifican datos a lo largo y ancho.
Su creación deviene de la necesidad que manifestaban las empresas de mayor información que la que puede contener el código de barras dado que este solo contiene 20 dígitos y requeriría un mayor tamaño para poder ampliar ese límite.
A partir de dicho impedimento se desarrolló este nuevo código que tiene grandes ventajas respecto del de barras, así:
• Se pueden leer 4.296 caracteres alfanuméricos, 7.089 caracteres numéricos, 2.953 caracteres codificados como byte, 1.817 caracteres japoneses (Kanji).
En otras palabras puede contener información de contacto (nombre, compañía, teléfono, dirección postal…); dirección web (URL) por ejemplo al blog, a la web o incluso a la red social; dirección de email; mensaje tipo SMS; número de teléfono; texto de hasta 350 caracteres; parámetros de acceso a una red Wifi; datos de un evento para un calendario; geolocalización para ver en un mapa; bajar cupones de descuento; ver un video promocional; etc.
• Pueden ser leídos aún cuando se manchen o deterioren parcialmente (falte una parte) dado que contienen cuatro niveles de corrección de errores a diferencia del de barras, lo que explica el por qué las cajeras del supermercado deben ingresar el número a mano cuando la lectora no puede registrar el código.
• Gracias a los rectángulos ubicados en 3 de sus ángulos y el pequeño punto abajo a la derecha pueden ser leídos desde cualquier ángulo (360°); los de barra solo lo pueden hacer de un extremo al otro en forma longitudinal.
• Forma parte de la ISO 18004 lo que ya lo convierte en un estándar internacional.
• La generación del mismo es gratuita y se logra mediante una aplicación que puede bajarse de Internet.
• Permite la medición en las acciones de marketing dado que puede saberse la cantidad de escaneos o las métricas usuales propias del marketing directo.
• No requieren un dispositivo especial para su lectura, con el software correspondiente pueden ser leídos por los celulares lo cual facilita y populariza su utilización.
Más allá de la evidente utilidad que se les da en el manejo de los stocks y los almacenes, las empresas ven en estas dos últimas características el basamento que hace que sean mayoritariamente aplicados en sus impresos (folletos, catálogos, etc.) y los diversos elementos empleados en el marketing directo.
Dada su accesibilidad permite que todo aquel que se encuentre con un código QR, con solo escanearlo, acceda a un gran caudal de información de la empresa u oferta lo cual representa un salto cualitativo en el grado de comunicación y relación entre la organización y el mercado.
Tal es el auge que va teniendo que hoy se los utiliza en tarjetas personales ampliando notablemente la capacidad de información que éstas pueden contener; en vidrieras de locales, al pié de diferentes artículos en oferta; como indicador de “Favorite Place” en Google Maps y hasta se la puede observar en obras de arte, cortes de cabello, collares para mascotas e incluso hasta se ha diseñado uno para decorar una torta de bodas.
En los EE.UU., Victoria’s Secret (ropa interior femenina) llevó a cabo una campaña publicitaria donde unas modelos aparecían en avisos solo cubiertas con el característico cuadradito blanco y negro. Para ver que había debajo de los mismos el interesado debía tomar una foto con su celular y esto, mediante un código, lo direccionaba a una web donde podía observarse a la modelo sin el ícono…pero con ropa interior de la marca.
En Chile, la cadena de supermercados Jumbo, al igual que lo realizado por la cadena de supermercados Tesco en Corea del Sur, lanzó el primer súper virtual (ver “Chile lanzó el primer súper virtual para comprar vía Smartphone” (http://marketing.maimonides.edu/hile-lanzo-el-primer-super-virtual-para-comprar-via-smartphone/). Así, en el subterráneo han puesto grandes gráficas simulando las góndolas del supermercado y en cada producto, junto al precio, se encontraba un código QR. El cliente, con solo sacarle una foto al producto de su interés realiza su compra y el pedido directamente desde su celular.
“Algunas compañías en Estados Unidos también están usando tecnología de posicionamiento interior como una forma de guiar a los compradores hacia productos y mostrarles ofertas especiales” (Mercado.com).
En España, la Secretaría de Estado de Presupuesto y Gastos (SEPG) por medio de un código QR permite acceder a la información sobre el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2012.
Cabe agregar que el símbolo –más allá de la información que contiene o de la practicidad del mismo- también tiene un mensaje hacia el mercado ya que señala que la firma se encuentra actualizada en cuanto a las técnicas empresariales en vigencia y esto redunda a favor de la empresa y su posicionamiento en la mente del cliente dado el halo de modernidad que le imprime.
Aún así no hay que pensar que esto tiene tintes de moda, muy por el contrario. El código QR es información sencilla y barata en su codificación y dónde exista y se desee compartir la misma es propicio su uso.
“Hace tiempo que se viene usando en publicidad en la Argentina, además de tener aplicaciones en logística y distribución. En el blog Códigos QR hay una recopilación de sus usos más notables. En Japón también es muy popular y hasta se hizo un mapping de un edificio con códigos QR”. (Diario La Nación)
Y si ya está pensando en incorporarlo en el sistema operativo o de marketing de su organización le aconsejo que antes considere estos consejos:
• Antes de pensar en el código, recuerde que es más importante la estrategia de comercialización que lo contempla y promueve. Piense en ella y utilice el código como una herramienta y no como un fin en sí mismo.
• Si lo generó, pruébelo antes de aplicarlo y difundirlo. Distintos dispositivos pueden leerlo pero alguno no y con ello su estrategia se verá afectada negativamente. Verifique.
• La simpleza juega a su favor. Si lo usa en sus acciones de marketing recuerde que en estos casos lo menos es más. Es preferible que lo utilice como un hipervínculo antes que obligar al lector a tener que hacer muchas acciones para tener información y con ello disminuya su interés y se negativice la relación con la marca.
• Contenido. Si la información no es la adecuada el interés se pierde y genera frustración en el usuario. Contemple que el código resulta inútil sin un buen contenido, promoción o información que haya justificado su búsqueda.
• Si no hay conexión a Internet, no hay información que pueda ser recibida por medio del código QR. Asegúrese que en el lugar que se lo exhiba la conexión sea la correcta.
• Verifique que su web se encuentre adaptada para celulares. Usualmente no es así, por ende, la experiencia para el consumidor resulta un fiasco.
Seguramente, a partir de ahora, cuando los vea ya tendrá en claro que detrás de esos cuadraditos hay mucha información para usted o la empresa que los usa, no obstante, si tiene alguna duda sobre este o cualquier otro el tema escribirme a dcasais@dhcconsultores.com y le responderé a la brevedad.