Deja de poner pretextos para renunciar a tu nuevo negocio, busca otras alternativas para mantenerlo vivo y aprende a levantarte.
Cuando escuché que un amigo y mentor decía “Tu startup no fracasará si tú no renuncias”, me di cuenta de que cada emprendedor debería adoptar el mantra de “nunca rendirse”.
En lugar de renunciar, considera las alternativas, como pivotear un modelo de negocio o unirte con un nuevo accionista. Cualquiera de las dos puede mejorar la estadística de que la mayoría de las startups fracasan en los primeros cinco años.
Nada es más desalentador para los iniciadores de empresas que una tasa alta de fracaso en los nuevos negocios. Pero ¿por qué la mayoría de las startups fracasan? Muchos expertos dicen que quedarse sin dinero no es la primera razón. La número uno parece ser que los fundadores simplemente se fueron. Tal vez se quedaron sin dinero, pero esa es más una “excusa” que una razón.
Aquí hay algunas excusas muy comunes que he escuchado de los emprendedores abandonando su startup:
1. “He perdido mi pasión, ya no lo estoy disfrutando.” Esto sugiere que te ha desanimado tu modelo de negocio actual posiblemente por un problema no anticipado o giros que hiciste para evadir a la competencia o hacer más dinero.
Mi sugerencia es transformar la idea actual de negocios en algo que puedas amar y disfrutar en lugar de renunciar y aceptar un rol que no te guste.
2. “Mi idea está muy adelantada a su tiempo.” Tal vez te diste cuenta de que la punta filosa está muy cerca de la sangrienta, donde sólo los clientes más jóvenes se atreven a pisar. Por otro lado, si esperas que la competencia llegue ahí primero te quedarás solo y sin ningún cliente.
Si ya tienes algunos compradores, esta es una buena indicación de que el marketing real y la educación llevarán a tu producto o servicio a la aceptación en masa. Así que aguanta y mantente ocupado.
3. “No logro encontrar inversionistas honestos hoy en día.” Si no puedes arrancar el negocio por ti mismo encuentra un socio, amigo o miembro de la familia en lugar de un inversionista profesional que lleve el peso financiero.
De lo contrario, busca avances de los distribuidores, vendedores o hasta futuros clientes. He visto muchas soluciones creativas respecto al dinero de los emprendedores que no renuncian.
4. “Las personas en mi equipo no están comprometidas.” Todos cometemos errores o tenemos expectativas muy altas. Tal vez contrataste a la persona equivocada o escogiste a malos socios, pero ahora es momento de enfrentar esos problemas, reajustar tus expectativas y quitar a la gente que no encaja. Mientras más pronto lo hagas serás más feliz.
5. “No tengo las habilidades empresariales necesarias para competir.” Adquirir estas destrezas no es una gran ciencia, pueden ser aprendidas en el trabajo así como por el coaching de un equipo experimentado y consejeros.
Si supieras todas las respuestas estarías aburrido y perderías el interés. La mitad de la diversión está en el reto de aprender, así que no te rindas ahora.
6. “Es obvio que no hay un mercado para lo que he creado.” Nunca ha sido suficiente construir una solución y luego esperar para que la gente con el problema adecuado te buque.
Hay una gran cantidad de herramientas disponibles hoy en día, dependiendo de las redes sociales y el marketing, para crear o promover el mercado que tu empresa necesita. Los grandes mercados nunca crecieron de la nada.
7. “Mi empresa creció muy rápido, la presión y los costos me están matando.” Tal vez es tiempo de restablecer tu curso para enfocarte en las ideas básicas de negocio y que puedas aligerar la carga. O tal vez es hora de dar un paso hacia atrás y centrarte más en el crecimiento orgánico.
Pero renunciar justo cuando tu empresa está teniendo éxito es tonto. A los inversionistas profesionales les encantaría ayudarte a escalar tu negocio.
La mayoría de la gente está de acuerdo en que los emprendedores aprenden más de sus errores que de los éxitos tempranos. Los inversionistas me dicen que no les gusta financiar a un emprendedor que no quiere admitir algún fracaso anterior. Es inteligente admitir tus luchas, en lugar de dejarlas vencerte o que te lleven a tener excusas.
Vale la pena recordar que nada realmente importante es fácil. Comenzar un negocio es como tener una nueva relación, toma trabajo. Algunas veces puedes sentir que manejar tu negocio no vale la pena el esfuerzo, pero salir corriendo no es muy satisfactorio. Aprender a resolver algunos problemas difíciles y alcanzar el éxito es más divertido que fallar. ¿Por qué no hacer tuyo el mantra de “nunca rendirse”?
Por Martin Zwilling