Efímero y sin reglas impuestas por los adultos. Ésas son las dos características que hacen que la red social Snapchat sea un furor entre los adolescentes. El servicio de mensajería instantánea, que ya tiene 100 millones de usuarios, permite enviar fotos y videos que desaparecen segundos después de ser vistos. Luego, todo queda en el pasado, casi sin dejar rastros.
Según Snapchat, más de 60% de los jóvenes norteamericanos denominados millennials (que van de los 13 a los 34 años) usan el servicio. Sin embargo, la compañía no cuenta con datos sobre la región.
«Al principio no me pareció útil, pero después me enganché con el contenido que se elimina a los pocos segundos. No se necesita publicar el video o la foto perfecta. Incluso, está todo bien si son horribles, porque de todas formas tienen una fecha de vencimiento», explica Andrés Vanoni (andresvanoni en Snapchat), de 19 años, que trabaja en la tienda online Linio. Empezó a usar Snapchat cuando estaba en el último año de la escuela secundaria. «Es una red social que comparto con amigos y no me siento perseguido ni observado por mis padres», agrega.
Consejos básicos para comenzar en Snapchat
Como él, Abril Goldshmidt (abrugold), de 19 años, estudiante de arquitectura en la Universidad Di Tella, empezó a usar Snapchat en el colegio.
«Me gusta mucho para dibujar sobre las fotos y videos», cuenta. Para ambos, la simplicidad de sus funciones, sin instrucciones ni formas de uso, y con constantes cambios y nuevas funciones, forman parte del atractivo de Snapchat.
Si bien la aplicación es gratuita, el desafío es para la compañía detrás de Snapchat: convencer a los anunciantes de las bondades de su audiencia y de las particularidades de su servicio. Sus producciones pueden formar parte de un historial disponible sólo por 24 horas.
Los primeros pasos en Snapchat suelen sorprender a más de uno, en especial a los millennials más grandes, los que están más cerca de los 30. «Aún me niego a aceptar que todo el contenido se borra, pero mayor es la intriga por lo que sucede en Snapchat», dijo la actriz Calu Rivero (lacalurivero) cuando anunció desde Instagram que había abierto una cuenta de Snapchat.
«Al principio me costó entender esta red. Con mis amigos la instalamos y desinstalamos varias veces. Era un poco frustrante la modalidad de uso. La verdad es que al final un sobrino de uno de los chicos del grupo nos explicó cómo funciona -explica Matías Najle (matzorama), productor multimedia independiente de 29 años-. Mientras otras redes sociales dan más importancia a la apariencia, a los comentarios o los compartidos, en Snapchat todo es más instantáneo y con un cierta desprolijidad: los snaps se sienten más reales, cercanos.»
Metido de lleno en el mundo publicitario digital y alejado cronológicamente de los millennials, Gustavo Mames (gmames), de 44, sigue de cerca los pasos de Snapchat. Cuando comenzó a utilizar la aplicación también le resultó ajena, muy diferente a otras redes sociales existentes.
«Al principio fue difícil encontrar usuarios. Una de sus funciones exige ingresar por nombre y reconozco que su uso fue un poco frustrante al principio, porque a diferencia de Facebook o Twitter, donde se forman comunidades afines a un tema, Snapchat es un espacio que apunta a establecer un contacto más personal», define Mames, director de la agencia digital Interactivity.
«Los contenidos efímeros forman parte de una modalidad que encaja perfecto en los adolescentes, a los que no les importa demasiado que el registro perdure en el tiempo. Tampoco cuenta con métricas visibles: no informa con claridad el tamaño de la audiencia, salvo el propio usuario, que puede saber qué perfil vio o hizo una captura del video o foto en Snapchat, lo que no ocurre en otras redes sociales -resume el ejecutivo-. Se diferencia en los contenidos, que no tienen una narrativa prolija; todo tiende a ser muy crudo. En general, no hay una historia o un relato lineal. Tiene una lógica diferente.»
Facebook es la gran red de redes, con 1500 millones de usuarios en todo el mundo. Sin embargo, en Estados Unidos e Inglaterra cada vez más adolescentes migran a nuevas plataformas para compartir con sus pares. Primero fue Instagram y luego siguió Snapchat.
«El primer atractivo de estas redes es que no están los padres. Los chicos ven que los adultos están en Facebook y prefieren buscar espacios donde estén solos. Internet es para los chicos del siglo XXI un espacio de independencia de autonomía en el que sienten que están solos sin adultos. Si los padres están en Facebook, entonces ya no pueden sentir la autonomía que buscan en Internet», explica Roxana Morduchowicz, doctora en comunicación y autora del libro Los chicos y las pantallas.
Las plataformas elegidas por los adolescentes valoran el aspecto visual, tanto en fotos como en video, pero cada una tiene su particularidad. «Instagram fue la primera en tomar en cuenta esto, y las nuevas generaciones aprecian esta característica -agrega-. En cambio, en Snapchat lo que más valoran es la posibilidad de decidir cuánto tiempo quieren que ese mensaje que envían dure en el celular del destinatario. La fragmentación, la rapidez y lo efímero son propiedades y valores de esta generación. Como creen que su mensaje desaparece el problema es que los chicos arriesgan más, envían cosas más personales porque piensan que igual desaparece.»
Y Morduchowicz remarca: «La manera de relacionarse es diferente. No es menor, no se comunican menos, sino de modo diferente».
Snapchat comenzó en 2011 como un servicio de intercambio directo de mensajes. Los snaps, como la compañía denomina los chats de fotos, videos o texto, expiran luego de ser leídos, con una duración máxima de 10 segundos.
Por eso, fue una aplicación que creció asociada al sexting, el exhibicionismo en línea con imágenes capturadas con los smartphones, una práctica que ganó espacio tanto entre adolescentes como en adultos. En especial de las celebridades, cuyas imágenes de desnudos fueron filtradas por miembros del sitio 4chan, en un incidente conocido como Snappening en 2014.
Pero Snapchat ha logrado superar esa etapa al incorporar la función Stories (Mi historia), que les permite a los usuarios registrar de forma cronológica sus snaps, que están disponibles para sus amigos o para todo el público por 24 horas.
Es una compañía estrella dentro del universo de Silicon Valley, una start-up con 330 empleados liderada por Evan Spiegel, uno de sus cofundadores y cara visible de la firma que le dijo no a una oferta casi imposible de rechazar: Mark Zuckerberg ofreció nada más ni nada menos que 3000 millones por Snapchat. Su gran estrella es el video: los usuarios envían unas 6000 millones de producciones por día.
Vía: La Nación Argentina.