El fabricante de automóviles inglés MG Rover presentó finalmente la quiebra, luego de que fracasara un intento de adquisición por parte de la empresa china Shanghai Automotive Industrial Corporation (SAIC), anunció el gobierno británico.
La bancarrota representa un duro golpe para el gobierno del primer ministro Tony Blair, quien busca la reelección. La ministra de Industria, Patricia Hewitt, reveló anteanoche que el gobierno ofreció un crédito puente de 100 millones de libras (unos 180 millones de dólares) para salvar a la compañía, pero que la empresa estatal china no aceptó los términos del acuerdo.
«Éste es un golpe terrible para todos los implicados», dijo Hewitt respecto de los 6 mil empleados que la última fábrica de autos autónoma inglesa tiene en la localidad de Birminghan. En la Argentina los vehículos de Rover formaban parte de la línea «premium» de Ford.