El 21 de diciembre de 2007, el Embajador Crawford Falconer, Presidente de las negociaciones sobre la agricultura, distribuyó cuatro nuevos documentos de trabajo en los que se reflejan los últimos progresos realizados en las conversaciones. Estos documentos son resultado de negociaciones intensivas, que comenzaron en septiembre, acerca del proyecto de documento revisado sobre las “modalidades”, que el Presidente distribuyó en julio y agosto.
Esos documentos se refieren a los siguientes temas: reducción global de la ayuda interna causante de distorsión del comercio: una fórmula estratificada; MGA total final consolidada: una fórmula estratificada; de minimis; y compartimento azul.
A continuación figura la versión corregida del proyecto revisado de “Modalidades” que el Embajador Crawford Falconer, Presidente de las negociaciones sobre la agricultura, distribuyó inicialmente el 17 de julio de 2007 (el texto corregido se distribuyó el 1° de agosto de 2007). El proyecto adopta la forma de propuestas de texto, fórmulas y números que los Miembros utilizarían para recortar los aranceles y las subvenciones y contraer estos compromisos vinculantes en el marco de la OMC, aunque algunas secciones contienen observaciones del Presidente, porque las posiciones todavía están muy alejadas. Al mismo tiempo, el Embajador Falconer anunció un programa de negociaciones intensivas de tres semanas a partir del 3 de septiembre, a fin de seguir reduciendo las diferencias y presentar otra revisión del proyecto.
Proyecto revisado de modalidades para la agricultura
TN/AG/W/4
1 de agosto de 2007
El documento adjunto contiene mi primera revisión del proyecto de Modalidades para elaborar las Listas para las negociaciones sobre la agricultura.
El documento en general, aunque no todo él, se presenta en forma de proyecto de texto. Por lo tanto, se trata de un documento inevitablemente técnico, razón por la cual sigue sin ser de fácil lectura para el lego. Así tiene que ser. A mi juicio, quien quiera que lo compare con el proyecto inicial verá que representa un avance considerable. Pero ello tiene una explicación. Pese a todos los contratiempos, fracasos y estancamientos que hemos experimentado a lo largo del último año, el hecho básico sigue siendo que, desde el último proyecto, bajo la superficie se han realizado progresos muy considerables en todas las esferas de esta negociación. De hecho, ahora hay relativamente pocos corchetes. Quedan algunos, pero se han reducido a lo que consideraría que son los elementos esenciales, o bien una gama de valores relativamente reducida dentro de la cual es necesario (y, en mi opinión, posible) que lleguemos a un acuerdo, o bien una cifra concreta que, aunque no haya sido acordada, podría constituir un objetivo razonable en las circunstancias en las que nos encontramos. Las vinculaciones que ello implica en las negociaciones resultan evidentes para cualquiera que tenga ojos para ver (no es que todo esté burdamente vinculado, aunque he de confesar que el hecho de que un par de cifras parezcan ser similares en dos partes distintas del texto no es casual o aleatorio, al menos en mi opinión).
Naturalmente, éste es el resultado de mi labor en calidad de Presidente: un proyecto de texto revisado sobre la base de lo que me han hecho llegar los Miembros en el proceso multilateral. No representa un acuerdo previo concreto de los Miembros sobre su contenido: ese acuerdo sólo puede proceder de ustedes como Miembros. Pero, precisamente para aprovechar al máximo nuestras posibilidades de lograr ese acuerdo, tomo la iniciativa de aportar algo que, es de esperar, ustedes de ahora en adelante puedan mejorar y pulir. Sé perfectamente que los Miembros tienen posiciones enormemente variadas y contradictorias, pero todos los Miembros también saben que para llegar a un acuerdo es menester encontrar una solución de transacción y que ello sólo puede lograrse si evolucionan las posiciones establecidas y preferidas. A veces -y los Miembros me han transmitido claramente la sensación de que ahora es precisamente una de esas veces- ello es posible cuando un tercero independiente da una opinión sobre las posibilidades de transacción que quizá ningún Miembro se aventura a expresar abiertamente. He de decir que, aunque no hubiera sido así, llega un momento (y éste es precisamente ese momento) en el que debemos ir al grano porque no queda otra alternativa.
En cualquier caso, es algo que hay que hacer. Francamente, hemos agotado todas las demás vías y, en consecuencia, la perspectiva de fracasar nos resulta ahora tan familiar que casi nos podría hacer creer que es una figura amiga. Tenemos el deber de perseverar y, al menos ahora, acometer seriamente la tarea que tenemos entre manos sobre la base de un documento de trabajo.
Creo que es tanto más nuestro deber cuanto que en realidad hemos hecho últimamente progresos sólidos y sustanciales. Ante todo espero que el proyecto de texto revisado sirva para demostrar, del modo más equitativo y apropiado en que pueda expresarlo yo como Presidente, justamente lo que se puede ofrecer en momentos en que pasamos a lo que podría ser -con la debida voluntad política- una seria fase final de esta negociación. El proyecto de texto debe poner de manifiesto hasta qué punto son relativamente reducidas las diferencias en la actualidad. Como es lógico, y como siempre sucede, el último esfuerzo es siempre el más difícil, aunque sólo quede una diferencia relativamente estrecha por salvar. Pero es esencial recalcar que igualmente podemos hacerlo si le damos una oportunidad real a un proceso verdaderamente multilateral.
Este documento en forma de texto no es el lugar adecuado para editorializar sobre las cuestiones políticas y comerciales que se plantean en las áreas en las que hay decisiones pendientes, como se ha hecho, por ejemplo, en los documentos-reto o en documentos de referencia anteriores. Esos documentos han cumplido su función. Ha llegado, por así decirlo, el momento de la verdad. Baste decir que el presente documento pretende perturbarles la tranquilidad. Así tiene que ser si queremos alcanzar alguna vez un acuerdo. Seguramente costará mucho aceptar algunas de esas gamas reducidas, objetivos numéricos o proyectos de texto técnico. Pero habrá que hacer el esfuerzo para lograr un acuerdo. He hecho todo cuanto he podido para asegurar que, al menos, ese esfuerzo se distribuya de manera razonablemente equilibrada respetando los términos del Marco. En los casos en los que hay gamas reducidas, en mi opinión hay margen (aunque no mucho, sin duda) para alguna negociación clave (pero no debe suponerse que mi idea es que en todos los casos basta con repartir por partes iguales la diferencia). En algunas áreas he reconocido sin titubeos que las posiciones están muy alejadas, y no he propuesto un texto preciso; haberlo hecho habría sido arbitrario o artificial. Huelga decir que habría preferido un documento con el mismo grado de precisión en todo, pero el distinto grado de precisión refleja la realidad de nuestra situación. No obstante, tampoco habría sido responsable de mi parte minimizar deliberadamente mi impresión de cuánto podemos realmente avanzar en toda una serie de cuestiones simplemente por el hecho de que aún no hayamos llegado a ese nivel en algunas otras. Está claro, desde luego, que no ultimaremos ni podremos ultimar nada hasta que lleguemos al punto en el que todo haya alcanzado el mismo nivel de especificidad.
Ciertamente, el documento no puede imponer nada a nadie. Está aquí para que ustedes, que son los Miembros, trabajen tomándolo como base. En última instancia, el acuerdo depende de ustedes, no de mí. Como hemos aclarado Don y yo, no presentamos nuestros textos como si fueran las tablas de la ley que nos llegan de las alturas; en cualquier caso, aunque lo hiciéramos, es difícil que ustedes, como Miembros, los trataran como tales. Estoy seguro de que ustedes aclararán qué cifras o qué partes del proyecto rechazan o desean modificar. De hecho, estoy bastante seguro de poder adivinar en este momento las reacciones de muchos de ustedes en relación con casi todas las cuestiones tratadas. Y así debe ser. Pero lo más importante es fijar un punto de referencia para continuar nuestro camino, en vez de opciones múltiples. Esta revisión pretende, pues, ser el próximo paso de ese proceso. En septiembre nos pondremos a trabajar intensamente y nos tomaremos todo el tiempo que haga falta. Y después de ese proceso intensivo habrá inevitablemente una revisión.
En conclusión, no puedo sino reafirmar que sigo firmemente resuelto a hacer todo lo posible por facilitar la convergencia en el escaso tiempo que nos queda.
Atentamente,
Embajador Crawford Falconer
Presidente
Comité de Agricultura en Sesión Extraordinaria
Fuente: OMC