En el artículo “¿Por qué mueren las PyMEs?” (
http://www.infocomercial.com.ar/noticias/bnoticias.php?tipo_art=unico&id_articulo=36661&cod_sitio=3) se plantea que el 80% fracasa dentro de los cinco años de fundada (en Sudamérica del 50 al 75% lo hacen en los primeros 3) y el 90% no llega a los 10 años. Y en la Argentina; “sólo el 7% de los emprendimientos llega al 2º año de vida y sólo el 3% al 5º año”.
Dadas sus implicancias, el índice de mortandad es realmente escalofriante y demoledor. Desde las pérdidas económicas (para el inversor y muchas veces para los acreedores), personal sin empleo y hasta daños a nivel psicológico (estrés, angustia, ansiedad, etc.), todo lleva a ver en esto un verdadero desastre.
Como antes lo expresé, es una práctica común, el responsabilizar a terceros por esta calamidad. Así; desde la política internacional, el gobierno, las políticas financieras, los bancos, los monopolios, la soja, la competencia ilegal, etc., todo un buen aliado a la hora de evitar mirar hacia adentro; hacer un mea culpa y expresar los errores y/o la improvisación a la hora de encarar el emprendimiento.
En el artículo de referencia se expusieron 31 motivos por las cuales las PyMEs fracasan. En el presente, me permito agregar algunas que quedaron en el tintero:
Excesiva resistencia al cambio. Si bien la PyME tiene la gran ventaja de poder tomar decisiones y llevar a cabo los cambios de manera rápida y con procesos acotados; uno de los grandes problemas que afronta es la “resistencia al cambio” que le es propio a todo ser humano. Este punto también lo afrontan las grandes empresas, no obstante, estas saben que él no cambiar implica, inexorablemente, el cierre y olvido, por ello, definen procesos y programas que los obligan a afrontar el cambio y llevarlo a cabo.
En la PyME estos procesos no son una realidad y, si el responsable (titular o gerente), no tienen disposición al cambio, el destino está marcado. El “para qué cambiar si siempre lo hicimos así y nos fue bien”…es el preludio de un fin al cual solo hay que ponerle fecha.
Falta de una estrategia de marketing. Resulta muy entendible que una pequeña empresa no disponga de recursos para tener un departamento o sector encargado de las acciones de marketing. No obstante, esto no implica que la empresa pueda adolecer de una “estrategia de marketing” y de las acciones que de ella se desprenden.
El no tener mucama no significa que se debe tener la casa sucia y sin orden. Si no se la puede pagar, simplemente, la limpieza estará a nuestro cargo. Una estrategia de marketing, en un mercado competitivo como en el que se vive, resulta el corazón del sistema. La filosofía del accionar empresario está ligada a esta y su vínculo con el cliente y el mercado en general dependen de los lineamientos que la misma define.
Falta de capacitación. Hemos hablado de la falta de capacitación de los responsables máximos…pero y el personal. ¿Acaso no son ellos los que estarán brindando el servicio; los que están en contacto con el cliente; los que deben detectar sus necesidades y evaluar y decidir la mejor forma de satisfacer las mismas; recepcionar sus reclamos y objeciones?
La empresa es un todo y el servicio es brindado por todos y cada uno de los integrantes de la misma. Si la conducción es llevada a cabo por un egresado de Harvard pero el personal que se vincula con el cliente no sabe cómo hacerlo convenientemente, lo hace mal o bien…sencillamente, no sonríe cuando así debe hacerlo, todo lo invertido será pasto de contadores y abogados al momento de la liquidación.
Falta de información. Usualmente la PyME invierte mucho en todo lo referente al producto/servicio y la venta de este. Una empresa es una organización que perdura en el tiempo y de allí, su natural dinámica lo que genera la necesidad de información a fin de llevar a cabo las evaluaciones y controles que faciliten las acciones correctivas y permitan prever consecuencias no deseadas.
Buena parte de la acción de un médico se basa en la calidad de sus anotaciones en la historia clínica de su paciente y los valores y resultados de los estudios que este defina como necesarios. Sin estos dos elementos, el galeno, solo podrá hacer uso de su memoria y los síntomas visibles. ¿Ud. estaría tranquilo con una praxis así? Un auto lleva cuatro ruedas y una empresa requiere de información para poder ser tal.
Costos Ocultos. Muy ligado a lo anterior está el problema de los costos ocultos. Estos se generan continuamente en una empresa y van mermando sus recursos delante de los ojos de sus responsables…pero sin que estos lo detecten.
El mal manejo de los tiempos de entrega; la repetición innecesaria de procesos; la mala comunicación; falta de un programa de entregas; falta o errores en la previsión de compras de insumos; falta de mantenimiento preventivo; falta de presupuestos; etc… Hacen que se pierdan importantes recursos que debilitan a la estructura como las termitas a las columnas de madera. Si no se buscan…no se encuentran y sin información, menos.
Empresas familiares. Modelo muy difundido en la PyME y de fundadores de sangre latina. Muchas veces esencial para poder realizar un proyecto pero, con nefastas consecuencias cuando la familia acapara todos los puestos de decisión o sensitivos aún no teniendo la capacidad y/o conocimiento para el correcto desempeño de dicho rol y no dejando que ningún “foráneo” pueda ocupar estos por más que sus antecedentes y ejercicio evidencien la competencia necesaria.
El suponer que la confianza es suficiente o incluso, mejor que la eficiencia ha llevado al olvido a más de una organización. Cabe señalar que esto se agrava cuando se estudia que los problemas en la empresa generalmente se trasladan al seno familiar y con ello las crisis de familia se incrementan e incluso pueden ser causa del cierre de la actividad.
Falta de análisis de la competencia. Muchas veces la PyME crece a partir de un sueño o la habilidad en el ejercicio de una profesión. Mientras el emprendimiento es pequeño sus necesidades de ventas también lo son, pero cuando se va aumentando la estructura los requerimientos también aumentan en igual o más proporción.
Esto no sería un problema de no ser que el mayor requerimiento de ventas colisiona con igual situación de otros en plaza. Usualmente, las PyME crecen sin observar ni analizar la acción de sus competidores actuales y los potenciales o que están en igual período de evolución lo que conlleva a cuadros de alta agresividad comercial con grandes posibilidades de no poder superar los mismos.
Excesivo empirismo. Los empresarios PyME, básicamente aquellos que no tienen la capacitación profesional requerida; abusan de su tan mentado “olfato” y toman decisiones que se convierten en productos, servicios, imagen institucional, etc.; sin el basamento conceptual necesario, lo que los obliga a tomar acciones correctivas en función del resultado obtenido y haciéndose cargo de los costos totales y absolutos de dicha imprevisión.
La sumatoria de errores, falta de focalización, pérdidas de recursos (financieros, equipos, horas hombres, etc. 😉 y la pérdida de oportunidad más la acción de los competidores puede ocasionar la pérdida de posicionamiento y del volumen de ventas con el consiguiente fracaso en la actividad.
Como señalé en el artículo mencionado, hay más causas, quizás tantas como fracasos; pero si le avisan que va a caer granizo….sale con su auto? Anticípese y no permita que su proyecto sea un triste recuerdo para unos pocos.