No deja de ser irónico que el sitio de piratería The Pirate Bay denuncie a las industrias cinematográfica y discográfica a la policía.
Diversos detalles bochornosos han salido a la luz como resultado de una filtración involuntaria del sitio anti-piratería MediaDefender, sumado a una investigación realizada por el sitio de intercambio de archivos The Pirate Bay.
El resultado es que The Pirate Bay ha denunciado por sabotaje a varias compañías cinematográficas estadounidenses con subsidiarias en Suecia.
“La industria cinematográfica ha pagado a terceros por realizar ataques de spam contra nosotros», declaró Peter Sunde, director de The Pirate Bay a la publicación Expressen. Entre las compañías denunciadas a la policía figuran Universal Music, Sony BMG y Atari.
“Sospechábamos que nuestras direcciones de e-mail estaban siendo saboteadas, por lo que creamos direcciones específicas que sólo usamos en nuestro intercambio con las compañías cinematográficas. Luego constatamos que esas direcciones exclusivas coinciden con las que posteriormente fueron bombardeadas por spam», indica Sunde.
A la investigación de The Pirate Bay se sumaron filtraciones del MediaDefender, entidad especializada en sabotear los sistemas de intercambio de archivos. Su estrategia ha sido subir a los servicios de intercambio archivos simulados de música, que permiten la detección de los usuarios que las descargan a sus computadoras.
El sitio sueco de piratería The Pirate Bay ha sido por largo tiempo un factor de irritación para la industria estadounidense de entretenimiento audiovisual. Debido a que The Pirate Bay tiene base en Suecia, las demandas presentadas por las industrias cinematográfica y discográfica estadounidense no tienen la jurisdicción que impida la distribución de cientos de miles de películas, programas y temas musicales. Otro elemento jurídico difícil de manejar por los demandantes es que The Pirate Bay contiene únicamente información sobre la fuente donde están disponibles los archivos (torrents), y no los archivos en sí, que se encuentran distribuidos en cientos de miles de computadoras en todo el mundo.