En términos empresariales, todo ha cambiado.
El mercado actual se ha convertido en un entorno altamente competitivo y absolutamente impecable, generando gran cantidad de aturdidos que no encuentran el timing para subirse a mejorar los resultados.
La rigidez mental que padece gran cantidad de dueños y gerentes de empresa o es otra cosa que producto de su propia formación, haciéndoseles muy difícil cortar con los diferentes autoritarismos que tuvieron que soportar mientras maduraron, tanto en sus hogares como en la escuela, en los gobiernos o en la facultad.
El que se formo en el «no porque no» no entiende otra cosa que estar parado en terreno firme y las actuales condiciones del mercado sísmico y es ahí donde empiezan a emerger sus propias inseguridades, al faltarle el único referente que lo sostuvo siempre: la rigidez.
No entienden como puede ser que, todo lo que antes sirvió para hacer funcionar su empresa, hoy no le sirve ni para conseguir un crédito en un banco.
Seria bueno detenerse y pensar que, con la inflexibilidad, lo único que consiguen es convertir lo posible en imposible, un misil que apunta directamente contra sus intereses de empresarios.
Siempre se puede convertir una crisis en una oportunidad, todo depende de la actitud.