En plena sociedad de la información los modelos de dirección heredados basados en estructuras fuertemente jerarquizadas, centralizadas, burocratizadas, etc., es decir con una fuerte organización vertical, dejan de ser operativos, ya que no ofrecen una rápida respuesta a un entorno cada vez más complejo y cambiante, son más difíciles de organizar los procesos y departamentos de la empresa para dar una mayor satisfacción a un cliente cada vez más informado y exigente. Además no son capaces de aprovechar el conocimiento y experiencia que atesoran sus empleados por su propia naturaleza, excesivamente dependiente de los valores y las instrucciones que predominan en el empresario gestor o en el Consejo de Dirección.
En un entorno como el actual se impone un cambio de gestión en la organización y gestión de los negocios cada vez menos jerarquizado o vertical y más aplanado u horizontal, esto es motivado por la revolución provocada por las nuevas tecnologías de la información, que ha facilitado la posibilidad de:
– Aprovechar la información que se genera en los distintos departamentos operacionales y en la gestión diaria de una empresa, procesos productivos, contabilidad, ventas, proveedores, clientes, etc. La información mencionada se almacena en grandes bases de datos, lo que permite el acceso inmediato a dicha información a los empleados de la empresa, los cuales, a su vez, pueden utilizar herramientas de comunicación que le permiten interactuar, intercambiando experiencias, conocimientos entre ellos.
– Mejorar aun más la consecución de los objetivos de una empresa (obtener beneficios aportando el máximo valor con sus productos y servicios a los clientes) si establecemos equipos, ya que un conjunto de personas tiene acceso a mas conocimiento, experiencia, habilidades, capacidades y competencias que una persona aisladamente.
– Si le unimos la motivación por conseguir los objetivos de la empresa con una política de recursos humanos inteligente apoyada en la formación e información del personal, crearemos una forma de gestión autónoma (no jerarquizada).
Estaremos creando las condiciones que nos permitan dar una solución rápida a los problemas que se vayan planteando, como:
– Posibilitar la adopción instantánea de mejoras en los procesos de trabajo
– Analizar la evolución del entorno para anticiparse a los cambios que se producen en este de forma que puedan reaccionar y actuar sobre los mismos.
– Conocer las necesidades del cliente analizando sus gustos y comportamiento.
En definitiva estamos apoyando la innovación, generación de nuevas ideas, implantación de nuevos modelos de negocio, etc.
Por tanto si en los modelos de gestión y organización tradicionales (verticales o jerarquizados) existe una desconfianza mutua entre los distintos intereses que coexisten en la empresa accionistas, directivos, empleados,. ya que cada uno de estos grupos vigilan sus propios intereses que fácilmente pueden no coincidir con los intereses y objetivos más adecuados para la empresa.
En la actualidad se imponen técnicas transparentes, compartir y colaborar, basadas en la confianza y con una política de personal motivadora que permita aprovechar su experiencia y conocimiento.
Los empleados va cobrando mayor importancia a medida que vamos avanzando en esta nueva etapa dominada por las nuevas tecnologías de la información, se convierten en el principal activo de la empresa, pues de ellos depende la capacidad innovadora futura de la empresa y su supervivencia en el mercado.