El 22 de octubre fue «absolutamente el último día» en que fue posible comprar un PC con Windows XP preinstalado.
En varias oportunidades, Microsoft aplazó la fecha límite para las ventas de XP, y a partir del 30 de junio de 2008 solo ha sido posible para fabricantes de PC portátiles poder comercializar en sus equipos el sistema operativo que ya tiene 9 años de existencia.
La causa de que Microsoft aplazara el fin de las ventas fue parcialmente que la empresa deseaba mantener su presencia en el lucrativo mercado de los netbooks. Según pudo verse, Windows Vista era demasiado «pesado» para tales aparatos.
Microsoft continuará ofreciendo soporte para Windows XP, pero únicamente si el Service Pack 3 está instalado en el PC. El soporte en sí caducará definitivamente a fines de abril de 2014. A partir de entonces, Microsoft suspenderá además las actualizaciones de seguridad de Windows XP.
Con todo, los clientes empresariales de Microsoft podrán comprar Windows 7 y cambiarlo posteriormente por Windows XP (o Windows Vista) durante toda la vida útil de Windows 7.