Gracias a la consulta que me ha hecho el señor Gonzalo Quiroz, puedo hablarles de algo que debería tener mayor presencia en la mesa de discusión de los empresarios y directivos.
Lamentablemente, solo hace uno pocos años desde que la población en general esta tomando conciencia de la importancia del cuidado del mundo donde vivimos.
Lo cierto es que ya nadie puede mirar al costado dado que nuestra realidad y la de las generaciones por venir se ven y verán muy afectadas si cada uno de nosotros no actuamos responsablemente ante los recursos cada vez más escasos de nuestro mundo.
Quizás se está preguntado si he abandonado mi rol de asesor empresario y estoy militando en alguna organización defensora de la ecología. La respuesta es que, justamente, actuando dentro de mi rol estoy intentado de hacer ver que debemos actuar en dicho orden y las empresas –sin importar su tamaño- tienen un peso preponderante en esta lucha.
Lo bueno es que trabajar en defensa de la ecología bajo ningún aspecto significa llevar a cabo acciones no rentables. El caso es que poner a la empresa en línea con el cuidado del ambiente puede ser una de las medidas marketineras más inteligentes y de gran ganancia.
El mercado –prácticamente sin marcadas diferencias entre los segmentos- más allá de las acciones de los individuos, valoran en mucho las acciones de las empresas que toman partido a favor de la ecología y el cuidado del medio ambiente.
Así, aunque las personas en su cotidianidad se desinteresen y desentiendan de su responsabilidad derrochando o contaminando sin mayores problemas, evidencian una sustancial preocupación sobre el tema cuando actúan dentro del contexto social y es fácil visualizar su exigencia acerca de mayores respuestas por parte del empresariado. He aquí una oportunidad de hacer las cosas bien y ganar dinero.
Ya sea en respeto a normativas legales o bien a las presiones sociales en sus distintos países, las grandes empresas (aún lejos de ser la gran mayoría) ya han iniciado programas de producción amigables hacia el medio ambiente y aparte de colaborar con la vida, han visto que esto puede ser una fuente de mayor generación de clientes, fidelización de los actuales y un fuerte elemento diferenciador que aporta mucho a la política de posicionamiento de sus marcas.
Esto esta muy distante de lo que puede verse en las PyME y con ello, las mismas se están perdiendo una posibilidad relevante a la hora de abrirse camino en un mercado competitivo.
En muchos casos, ante consejos que he dado a mis clientes, he recibido como respuesta que hacer productos/servicios ecológicos implica un mayor costo y luego tras mi insistencia y un poco de investigación he descubierto que, usualmente, la diferencia entre el hacer o no es solamente el querer hacerlo.
Ya hemos hablado sobre la pereza natural del cerebro por buscar una solución por fuera del camino acostumbrado. Pues este es el caso.
¿En cuantas oportunidades Ud. se ha visto obligado a pensar alternativas que le permitan la deseada diferenciación para separarse de sus competidores? ¿Cuántas veces ha logrado encontrar la solución?
Seguramente el camino fue pensar y pensar acerca de ellas y luego, siempre las termina encontrando lo buscado. ¿Sabe el por qué?
La razón es muy simple, se trata que de no encontrar dicho elemento, su futuro estaría más que condicionado. He aquí el punto.
Aquí nos encontramos ante una situación donde se logran dos grandes beneficios. Uno esta ligado con la salud del planeta, su vida y la de la humanidad; el otro, se vincula con la capacidad de su negocio para desarrollar un elemento diferenciador que lo posicione en un mejor lugar para la elección del cliente y la generación de renta.
A dicho fin, es importante evaluar si su producto o los insumos que utiliza en la prestación del servicio se encuentran dentro de lo que puede ser un producto ecológico.
Dicho mercado se referencia a la producción de productos sustentables, lo que implica que tengan la capacidad de satisfacer una necesidad pero que para ello se utiliza una mínima cantidad de material y energía, escasos residuos y la más mínima expresión –o nula de ser posible- de contaminación tanto en la elaboración, uso y posterior desecho al finalizar su vida útil.
Si su producto no se encuentra dentro de estos parámetros, lo primero que debe hacer, es convertir a este en uno lo más ecológico posible y para ello debe analizar al mismo en todos sus componentes (materia prima, bolsas, packaging, tintas, etc.) y ver como pueden ser reemplazados o reconvertidos.
Claro que el éxito en el empleo del marketing ecológico no se encuentra al margen de la evaluación del segmento permeable a dicha propuesta ni a todas las cuestiones comunes de a las acciones propias de la disciplina.
No obstante, debo anticiparle que el público objeto –el consumidor verde- sensible ante ofertas de este tipo suele estar caracterizado por:
• Su estilo de vida suele estar marcado por la preocupación por el medio ambiente
• Lo ecológico es un atributo de gran importancia en su decisión de compra haciendo que las mismas se vean dirigidas hacia los productos que tengan una menor incidencia negativa en el ecosistema.
• Tiende a rechazar los productos contaminantes o a dejarlos de lado habiendo alternativas que no lo son.
• Esta dispuesto a pagar un mayor costo por los productos ecológicos.
• Tienden a ser solidarios, responsables y gustan del orden.
Otro elemento de relevancia para su análisis es todo lo vinculado con la promoción.
Considere que si el mercado ignora que su producto/servicio tiene dichas características, resultará improbable que encuentre el elemento diferencial que estimula la elección de su propuesta por encima de la de la competencia.
La promoción debe hacer buen uso del conocimiento y concientización del segmento o consumidor “verde”, en cuanto a la ecología y la importancia de esta para la vida de las generaciones futuras.
A partir de allí, las acciones deben focalizarce en las bondades que denota su producto/servicio en cuanto al impacto de este para con la naturaleza y, de ser posible, resaltar su singular condición respecto de los productos de sus competidores inmediatos.
Debe considerar que su empresa tendrá un apoyo inusitado en las actividades de posicionamiento gracias paulatino y constante deterioro del ecosistema y a las acciones de toma de conciencia que todos los días llevan a cabo una infinidad de organizaciones defensoras de la ecología tanto a nivel nacional como internacional.
Cada movimiento de estas –que va en incremento y a gran velocidad- le da soporte e impulso a su propuesta y esto le permitirá estar arriba de la ola como lo hace un serfer donde esta lo impulsa hacia la playa. Esta característica, de real valía y casi única, más el hecho de disponer de un elemento diferenciador apreciado por el mercado resulta el paraíso de todo marketer.
El marketing verde o ecomarketing o ecológico; se instala dentro del concepto más amplio del marketing dado que además de generar una formidable plataforma para el desarrollo del negocio, permite cumplir con la finalidad social de la empresa que es el desarrollo del ser humano y la promulgación de una mejor calidad de vida para este.
Dentro de ese rol, las acciones deben estar dirigidas hacia el cliente externo, el cliente interno, los proveedores, los distribuidores, las entidades ecologistas y la sociedad en su todo teniendo como finalidad crear una verdadera cultura en cuanto al cuidado de los recursos disponibles en pos del beneficio inmediato del individuo y la sociedad y del beneficio futuro de la humanidad.
Desde alimentos (que pueden fácilmente verse en cualquier supermercado), carteras, cosméticos, papel (incluso papel higiénico) ropa, calzado…computadoras, todo puede ser trabajado desde esta óptica y así captar un mercado de gran crecimiento y poder de compra.
Piénselo y no pierda la oportunidad de ganar dinero, posicionar a su empresa y ayudar al planeta.
Espero que el Sr. Quiroz haya visto que lo verde es brillante para su negocio y si Ud. tiene alguna duda no deje de escribirme a dcasais@dhcconsultores.com.