Por Mario Zuker, Director de www.escapadasargentinas.com
¿La playa, la montaña o la sierra? ¿Enero o febrero? Las antinomias que durante mucho tiempo marcaron el criterio para definir las vacaciones, hoy ya no corren más.
Por supuesto, las características del viajero tradicional siguen vigentes, por ejemplo para las familias con chicos en edad escolar, los profesionales con fechas predeterminadas para el descanso (como los maestros o abogados, los que poseen propiedades en un lugar específico y las utilizan siempre en sus vacaciones, etc.)
Pero han surgido otros viajeros que tienen múltiples intereses, y que pretenden “algo más” de sus vacaciones. Así, van surgiendo nuevas segmentaciones del turismo que hasta hace poco eran desconocidas, y que hoy comienzan a hacerse un lugar en la oferta, junto con las más tradicionales.
Si bien hace ya tiempo que se habla de turismo deportivo, rural o gastronómico, hoy ganan terreno otras opciones que consideran una gama muy amplia de inquietudes y un perfil diferente de turista. Como receptores de consultas y reservas, vemos que en el mercado van surgiendo pedidos concretos para:
– Turismo ecológico o ecoturismo, que propone actividades centradas en la sustentabilidad y la preservación del medio ambiente. Debido a su auge, el ecoturismo ya se convirtió en el segmento de más rápido crecimiento y el sector más dinámico del mercado turístico a escala mundial. La Patagonia, por poseer los ambientes más vírgenes del país, es la región que más propuestas concentra; aunque muy cerca de Buenos Aires, en el Delta del Paraná, también se puede practicar este tipo de actividades. Dentro de esta línea también podemos incluir el Turismo “solidario”, que es el que eligen quienes están interesados no solo en conocer hermosos lugares sino también en acercarse a Fundaciones, ONG u otras instituciones que realizan acciones de bien hacia la comunidad, o desean brindar aportes y colaboración en diferentes destinos (por ejemplo para pintar hospitales, construir escuelas u otras tareas solidarias).
– Turismo científico: para quienes disfrutan de la ciencia hay muchos lugares de gran interés, ya sea para conocerlos o incluso realizar tareas vinculadas con diversas ciencias como la arqueología, paleontología, biología marina, espeleología, etc. En nuestro país, por ejemplo, surgieron ofertas en Neuquén, Chubut, Mendoza y muchos otros sitios, proponiendo el estudio de dinosaurios, de meteoritos, de la ballena franca austral. En San Juan, el Centro Astronómico del Leoncito se convirtió en una meca para aquellos amantes del cosmos de todo el mundo. Otro aspecto de este tipo de turista es que le interesa conocer los lugares donde vivieron o trabajaron eminentes científicos, como Federico Leloir, por ej.
– Turismo gayfriendly: Argentina en general y Buenos Aires en particular, han desarrollado el concepto, ahora con nuevo impulso desde la aprobación del matrimonio igualitario. Vienen sobre todo desde el extranjero, y les interesa encontrar alojamiento, gastronomía y actividades amigables para su comunidad. Dado que este perfil de viajero suele tener una posición económica holgada y gustos refinados, en forma paralela surgieron cantidad de establecimientos y propuestas anunciando su “amistad” hacia este sector, ofreciéndole promociones exclusivas.
– Turismo cultural / de idiomas / literario / histórico. Cada vez más extranjeros visitan nuestro país para aprender el idioma, y empaparse de nuestra cultura. Muchos de ellos, así mismo, vienen a estudiar carreras terciarias. Nos eligen porque, además de la lengua española, podemos ofrecer un nivel cultural muy alto y una gran variedad de opciones gastronómicas, artísticas y culturales (dentro de las cuales el tango ocupa un lugar privilegiado). También ayuda la sensación de seguridad que tenemos en comparación con otros países de América latina. A esta corriente comenzó a sumarse el recorrido de lugares que dejaron huella en la obra de autores como Borges, Sábato o Cortázar. Ciudades como Resistencia, la capital de Chaco (la ciudad de las esculturas) o Rosario, son conocidas por su propuestas culturales y artísticas. También vemos cada vez mayor interés en recorrer sitios de valor histórico como las ruinas jesuíticas, los pueblos donde se afincó la colectividad judía a principios del siglo pasado, o las aldeas galesas patagónicas.
– Turismo de salud y estética. La calidad de nuestra medicina ya es conocida en el exterior, y sus costos son notablemente más bajos que en otros países. Por esta razón, y cada vez más, recibimos consultas vinculadas a quienes necesitan realizar algún tipo de intervención médica. Pacientes de todo el mundo están llegando para tratarse en forma particular con cirujanos plásticos, traumatólogos, oftalmólogos y odontólogos, por ejemplo. Además, nuestro país ofrece centros de aguas termales, regiones con microclimas, y muchas otras opciones como centros con terapias anti -stress, o anti age.
Para los dueños de establecimientos hoteleros o gastronómicos no tradicionales, para quienes organizan esparcimiento, o simplemente para todos los que tienen algo diferente que ofrecer al viajero, esta puede ser una época interesante. Llegó la hora de analizar el perfil de nuevo turista, y generar una oferta original que contemple sus gustos e intereses.