Entre diversos empleos, muchos hemos trabajado como comerciales. En este tipo de labor, es importante que te ofrezcan antes de trabajar, un curso de formación sobre técnicas de venta. Unas cuantas clases, un manual que te sirva para conocer el producto y un buen jefe es suficiente.
Confundir agresividad con posibilidad de cerrar una venta es un error. De hecho, con conocer un mínimo la psicología humana, sabremos cuándo una persona no se muestra receptiva a escucharte, y en esos momentos la mejor elección es dejarlo pasar e intentarlo otro día.
Tanto el tono, como las formas al dirigirse a una persona que pasea por un centro comercial hay que cuidarlos. Defiendo el creer en lo que haces, aunque vendas escobas voladoras. Si estás ahí para esperar que pasen las horas, además de que es probable que te despidan, no aprenderás nada, y en todos los empleos, se aprende, hasta de los malos.
El sentido de humor también es una herramienta apta para dirigirse a un cliente. Jamás acosarle, ni que se sienta perseguido, la desesperación se ve en nuestros ojos y en nuestra forma de movernos y ¿quién quiere escuchar a alguien nervioso, cargado de ansiedad y que le va a explicar mal su discurso?
Es un trabajo duro, donde la actitud positiva es lo que prima, el problema viene cuando las técnicas de venta que enseñan son agresivas. Aquel comercial que con una amplia sonrisa se te acerca, te vende muy bien su producto, igual te convence pero tras firmar no vuelve a mirarte, es más, al día siguiente podrías pasar por su lado y ni te reconocería.
Aunque lo menos deseable es tropezar con una persona a la que no le han enseñado a vender. Tú vas caminando tranquilamente y un hombre se te acerca para hablar de un servicio, con amabilidad le dice que ya lo conoces y que una compañera te lo explicó hace dos días. En vez de dar marcha atrás, insiste con la siguiente frase «una pena, pensaba invitarte a comer».
Luces rojas, señal de stop que se ilumina. La falta de respeto ha entrado en acción. El sentido de humor es otra cosa. De hecho, el sentido de humor o saber emplearlo es todo un arte, las frases hechas, el confundir hasta dónde puedes llegar con un desconocido ahí está el límite. Eso es una técnica agresiva y de mal gusto. E insisto, vender no es fácil, pero nada en la vida lo es.
Autor: Joana Sánchez