«La negativa de Intel a reconocer los hechos y el daño provocado a la competencia y los consumidores de acuerdo con la decisión de la autoridad comercial japonesa, son inquietantes», escribe AMD refiriéndose a la aceptación por parte de Intel de un fallo de la Comisión de Comercio de Japón.
«Es lamentable que, pese a la presentación de pruebas específicas y muy alarmantes de conductas deliberadas y sistemáticas de competencia desleal, Intel se niegue a enfrentar los hechos y admitir el daño que ha causado a la competencia y a los consumidores», afirmó Thomas M. McCoy, Vicepresidente Ejecutivo y Director Administrativo y de Asuntos Legales de AMD.
«Si bien la voluntad que AMD mostró para cumplir con la recomendación de la Comisión es un paso en la dirección correcta, sistemáticamente ha fallado a la hora de aceptar su responsabilidad por sus actos o reconocer que la competencia alcanza su mayor expresión cuando clientes y consumidores tienen libertad de elección. La Comisión japonesa determinó que Intel condicionó sus precios basándose en que los clientes no operaban con la competencia, y los gobiernos de todo el mundo deben garantizar que tales actos de competencia desleal no afecten también a sus mercados».
La recomendación de la Comisión, emitida el 8 de marzo de 2005, concluyó que Intel abusó de su poder de monopolio, excluyendo toda posibilidad de que se logre una competencia abierta y leal, con lo cual incurrió en la violación del Artículo 3 de la Ley Antimonopolio de Japón.
Tales fallos revelan que Intel recurrió al uso de tácticas ilegales para detener la creciente participación de AMD en el mercado al imponer limitaciones a los fabricantes de computadoras personales japoneses.
A continuación figuran los fallos de la Comisión de Comercio de Japón:
– Se exigió que algunos fabricantes le compraran a Intel el 100 por ciento de sus unidades centrales de procesamiento (CPU; por sus siglas in inglés); se obligó a otro fabricante a restringir 10 por ciento o menos todas las compras a otras compañías que no fueran Intel
– Intel por separado condicionó los reintegros de dinero sobre el uso exclusivo de unidades centrales de procesamiento de Intel en determinadas líneas o marcas de productos para PC a los efectos de eliminar a los CPU de las principales líneas de equipos de fabricación original
– Las actividades de Intel en Japón incluyen el uso de su programa ´´Intel Inside´´, la utilización de fondos para el desarrollo del mercado y demás programas de reintegros de dinero.
Las tácticas de Intel atrapan a los fabricantes de equipos originales y les impiden comerciar con la competencia de Intel
La recomendación revela que Intel impuso estas restricciones en respuesta directa a la creciente participación de AMD en el mercado japonés en el período 2000-2002.
La recomendación también advierte que, como consecuencia de este desvío en el comportamiento, la participación en el mercado combinada de AMD con una segunda compañía mucho más pequeña de CPU´s disminuyó de 24% en 2002 a 11% en 2003, en Japón.
La Comisión de Comercio japonesa impuso una serie de restricciones a Intel, incluyendo el tener que dejar de usar los programas de reintegro de dinero y demás fondos para distorsionar la competencia en forma ilícita, y notificar a sus clientes y educar a sus empleados diciéndoles que quizás ya no se ofrecerán reintegros de dinero ni fondos a los fabricantes de computadoras japonesas mediante condiciones que excluyan a los CPU´s de la competencia.
Intel disponía de diez días para cumplir o apelar este fallo y solicitó una prórroga de dos semanas.
La empresa decidió aceptar la recomendación, lo cual significa que deberá alterar sus prácticas comerciales e implementar otros medios en forma inmediata para cumplir con lo estipulado por la recomendación.
La Comisión Europea recientemente declaró que está investigando a Intel por posibles prácticas similares de competencia desleal en Europa, además de estar cooperando con las autoridades japonesas.
Posición de AMD sobre la competencia abierta y leal
AMD es sinónimo de competencia abierta y leal, debido a que la competencia variada y de valor beneficia al consumidor.
Empresas y consumidores deberían tener la libertad de escoger entre una gama de productos competitivos que deriven de la continua innovación en un campo de juego en pie de igualdad donde todos los actores se desempeñen con las mismas reglas de juego.
Cuando las fuerzas del mercado funcionan, los consumidores tienen la posibilidad de elegir y todos ganan.
Enlaces de interés:
www.amd.com