Tras un inesperado cambio de dirección de su política, el Banco Central de Japón anunció que procederá a la compra de acciones de bancos comerciales por valor de unos 8.000 billones de yenes (unos 65 mil millones de dólares), acción inédita en sus 120 años de historia. Los analistas y comentaristas coinciden en señalar que el Banco Central de Japón no habría tomado una determinación tan drástica si no considerara que el sistema financiero está al borde de una crisis mayor.
El gobernador del Banco, Masaru Hayashi, tradicionalmente ha resistido enérgicamente toda medida intervencionista o poco ortodoxa como la que ahora ha sido adoptada con su apoyo.
Esta medida llega unos días después de que el Primer Ministro de Japón prometiera al Presidente de los Estados Unidos, George Bush, que aceleraría las reformas económicas pendientes en su país, azotado por una recesión desde fines de la década del 80. Algunos analistas opinan que si las medidas adoptadas fueran acompañadas de drásticas acciones por parte de los bancos destinadas a disponer de sus deudas incobrables y reestructurar sus activos, entonces se podría estar en vías de lograr la recuperación del sistema financiero japonés.
El ente de control del sistema financiero japonés reconoce que los bancos tienen deudas incobrables por valor de 43.000 billones de yenes (unos 355 mil millones de dólares). Sin embargo, otras fuentes coinciden en que el valor de las deudas incobrables es mucho mayor y que alcanzaría a una suma similar al 20% del PBI del Japón.