Hackers no identificados han conseguido penetrar una red estadounidense de supercomputadoras.
A comienzos de abril, hackers desconocidos realizaron un ataque masivo contra una gran cantidad de servidores Linux y Solaris instalados en la Universidad de Stanford y otras instituciones estadounidenses.
Según un comunicado difundido por la Universidad de Stanford, los hackers consiguieron inicialmente acceso a los servidores hurtando contraseñas y luego aprovechando agujeros de seguridad en el software instalado en las máquinas. Mediante la asignación de derechos de administrador, los intrusos consiguieron hacerse del control de las máquinas.
La universidad agrega que los hackers dirigieron su ataque específicamente hacia redes de supercomputadoras, que incluyen la red TeraGrid, establecida por la Fundación Nacional de Ciencias.
Los hackers no borraron archivos ni ocasionaron daños a los sistemas. Las estimaciones de los expertos que analizaron la intrusión indican que el objetivo habría sido utilizar las supercomputadoras para la realización de un ataque de negación de servicio.
Consultado por Washington Post, Russ Cooper, experto en seguridad de TruSecure, señaló que la capacidad de cálculo de las máquinas intervenidas habría sido suficiente para paralizar todo un sector de Internet, aunque no específicó mayormente ni dio ejemplos concretos.
La información referida no indica la duración que tuvo el ataque. La última intrusión exitosa fue registrada el 3 de abril.