En muchas empresas y negocios miramos muchos factores para mejorar, pero no tenemos en cuenta el factor humano y cómo los trabajadores de nuestra organización nos pueden ayudar a mejorar. Los empleados comprometidos son sinónimo de éxito en la empresa. El problema viene cuando cada vez son menos los empleados que se sienten 100% comprometidos con la empresa.
Muchas veces el desánimo o el sentirse atrapados en un trabajo hace que algunos trabajadores se dejen llevar. Y esto convierte su trabajo en una rutina, en un horario que tienen que cumplir y unas tareas a realizar donde en muchos casos trabajan como autómatas, de forma mecánica o con la ley del mínimo esfuerzo.
En otros casos los trabajadores se encuentran comprometidos, pero no se sienten apoyados en sus empresas. No existe una coordinación adecuada o no sienten que sus aportaciones caen en saco roto, que no son tenidas en cuenta. No se trata de que se haga siempre lo que sugieren los trabajadores, pero si que se tome nota su opinión.
Un buen líder en la empresa puede motivar y transformar estas actitudes pasivas, por una más positiva, que sume a la empresa en lugar de restar. Pero esto no se mantiene en el tiempo si los empleados ven que sus esfuerzos o las aportaciones que han realizado acaban por no tenerse en cuenta.
Si el trabajo extra que realizamos vemos que no sirve para nada, al final se vuelve a caer en la misma apatía anterior. Las reuniones internas y de coordinación, donde se fija la hoja de ruta del mes o del trimestre y se implica a todos los departamentos muchas veces son claves para lograr este compromiso por parte de todos.
Vía: pymesyautonomos.com