A juicio de científicos británicos, el constante flujo de correo electrónico, mensajería instantánea y llamadas telefónicas podría perjudicar la inteligencia y reducir el coeficiente intelectual.
El flujo de información es incluso más perjudicial para el intelecto que el consumo de marihuana.
La llegada constante de correo electrónico, avisos de mensajería instantánea y llamadas telefónicas dificultan la concentración.
Según científicos británicos, el efecto de tal distracción sostenida sería que el coeficiente intelectual de las personas cae en un promedio de 10 puntos.
En comparación, el consumo de marihuana puede reducir el coeficiente intelectual en 5%.
El informe, elaborado por científicos adscritos a King´s College London University, indica que son principalmente los hombres quienes primero se distraen y pierden la concentración en su trabajo.
´Se trata de un fenómeno muy real y propagado. A largo plazo, la necesidad incontenible de leer mensajes puede perjudicar el rendimiento de los empleados y reducir su lucidez mental. Las empresas deberían organizar el trabajo de manera más adecuada y balanceada´, señaló el catedrático Glenn Wilson, de King´s College London University, responsable del estudio.
En una serie de experimentos, los científicos pidieron a 80 personas solucionar distintas tareas.
Primero pudieron hacerlo en un entorno tranquilo, y posteriormente en una situación caracterizada por un constante flujo de mensajes y llamadas telefónicas.
En el experimento quedó de manifiesto que el flujo constante de mensajes reduce el rendimiento laboral de la misma forma que una noche de insomnio.
Pero aunque el correo electrónico absorbe tiempo y concentración, un gran número de personas depende totalmente de la comunicación electrónica.
Según un sondeo encargado por Hewlett-Packard y realizado entre 1100 británicos, dos de cada tres personas revisan su correo electrónico en sus horas de descanso o cuando están de vacaciones, mientras que una de cada cinco personas no tiene dificultad alguna en interrumpir una reunión para contestar una llamada telefónica.
La mitad de los empleados de oficina consultados en el sondeo dijeron responder siempre los mensajes de correo electrónico dentro de los 60 minutos siguientes a su recepción.