Buenos Aires, Argentina – Mayo 10, 2007 – La aceptación popular y los descuentos en los impuestos que ofrece el gobierno alimentan el crecimiento del mercado de biodiésel en los Estados Unidos. Además de la continuidad en los incentivos fiscales, que durará hasta 2008, los precios internacionales del petróleo crudo también ejercen una gran influencia en este sector.
Según la nueva investigación de Frost & Sullivan, El mercado de biodiésel en Estados Unidos, este mercado obtuvo ingresos por $217 millones en 2005 y se estima que alcanzará $4900 millones en 2012, si los incentivos fiscales federales continúan vigentes hasta 2008.
El Acta de Políticas Energéticas (del inglés EPAct) de 2005 estipula que las empresas petroleras deben usar un monto específico de combustible renovable, el cual debe aumentar cada año hasta alcanzar los 7500 millones de galones en 2012. Sin embargo, para que los productores de biodiésel puedan sustentar el crecimiento, necesitarán lidiar con el intenso lobby antibiodiésel de la industria petrolera.
Las compañías líderes del mercado petrolero siempre se negaron a aceptar el biodiésel relativamente barato, dada la percepción de que éste pudiera reducir sustancialmente sus ingresos. Asimismo, además de que la industria petrolera no cuenta con biodiésel propio, la demanda de este combustible es incierta, lo cual desalienta la inversión en el mercado.
Para vencer este desafío, los participantes del sector y los grupos a favor del biodiésel necesitan destacar el potencial que tiene el producto para contribuir con el crecimiento de la economía. La perspectiva de un aumento sustancial en el Producto Bruto Interno norteamericano, la creación de nuevos empleos y la mejora en los precios de los granos de soja para los productores pueden influenciar al gobierno para que mantenga los incentivos a los combustibles renovables.
Consecuentemente, esto puede provocar que las industrias de gas y petróleo acepten el biodiésel, generando una expansión del mercado con beneficios para todos los participantes.
¿Qué sucede en América Latina y, especialmente, en Argentina?
Muchos países de América Latina han optado por legislaciones similares. “Es el caso de Brasil y Argentina, por ejemplo. En Brasil, el gobierno lanzó el Programa Nacional de Producción y Uso de Biodiésel para el desarrollo sustentable de este biocombustible. La legislación brasilera permite la mezcla de 2 por ciento de biodiésel hasta el 2008, año en que dicho porcentaje se volverá obligatorio, generando una demanda estimada de 2700 millones de litros”, explica Tamara Dvoskin, líder de investigaciones en Frost & Sullivan.
“En la Argentina, el decreto que obliga a mezclar biocontenido en los combustibles fósiles fue aprobado a principios del 2007. A partir del 2008, la ley estipula la mezcla obligatoria de 5 por ciento de biodiésel en el gasoil, lo cual generaría una demanda de 650 millones de litros anuales”, concluye Dvoskin.