Cómo superar el “quiero emprender pero no tengo dinero”? : Este es un tema extremadamente sensible entre todos los emprendedores y profesionales independientes. Hace poco tiempo hice una encuesta para conocer los obstáculos y necesidades más grandes que tenían mis seguidores y clientes al querer convertirse en profesionales independientes y emprender su negocio propio. Me sorprendí terriblemente de la cantidad de personas que han mencionado que su problema es de dinero. ¿Se trata de las terribles crisis mundiales que azotan a la mayoría de los países? ¿Es la consecuencia de la saturación del mercado? Voy a ser honesta contigo, claro que no me he puesto a analizar caso por caso así que espero que comprendas que estoy segura que algunas personas realmente están imposibilitadas de hacerlo, pero si es tu caso, si te has dejado convencer por esa creencia de que no emprendes porque no tienes dinero, quiero darte una buena noticia: hay una alta probabilidad de que eso que crees sea justamente lo que te está limitando, y no el dinero que te falta.
¿De verdad tienes el sueño de emprender y ser un profesional independiente? Si es así, estas claves te ayudarán a detectar si el dinero aún es un problema para ti, o si simplemente te has quedado enganchado con esta creencia.
Primero, ¿sabes cuánto dinero necesitas para hacerlo?: Es muy común que pienses que se necesita un montón de dinero. ¿Cuánto es ese “montón de dinero”?Si no sabes exactamente lo que quieres hacer y exactamente cuánto te va a costar… ¿cómo sabes que no tienes el dinero para hacerlo? O ¿cómo lograrás juntar el dinero si no sabes a qué número debes llegar? Así que lo primero que debes hacer es entender de cuánto dinero debes disponer para arrancar. Si tienes un negocio de venta de bienes materiales, entiendo que tengas que pensar en algunos gastos e inversiones en activos, almacenamiento, distribución y demás. Pero si estás en el negocio de los servicios profesionales, en la mayoría de los casos lo más importante es lo que tú mismo puedas aportar: tu conocimiento, tu experiencia, tu talento y fortaleza. Y eso en general no te cuesta nada. Claro que tienes que pensar en tener ingresos para pagar el equivalente a un salario para mantener tu nivel de vida, tus gastos personales, pero no es lo mismo que tener que pagar adicional una renta por una oficina, el salario de otros colaboradores, maquinaria, etc.
Organízate financieramente: si te pregunto cuánto quieres ganar con tu negocio tal vez me digas un número que has estado pensando (y no siempre sucede… así que pregúntatelo!). Pero si te pregunto cuánto es el mínimo que debes ganar para poder sostener tu negocio y pagar tus gastos, puede ser que no tengas tan clara esa información. Y es imprescindible. Si recién estás comenzando y estás ofreciendo tus servicios profesionales, el número que tienes que tener a raya es el de tus gastos personales/familiares. Tal vez es hora de ajustar un poco el presupuesto hogareño y reducir gastos innecesarios o que pueden postergarse en pos de poder finalmente lograr el sueño de emprender tu empresa propia. Esto depende de ti, y del valor que le des a una u otra opción.
Haz economía de escala: esto es fundamental. Tenía una colega que quería abrir su estudio contable para trabajar con emprendedores y pequeñas empresas. Les hacía su balance y sus declaraciones fiscales, se encargaba de la parte impositiva y de la facturación. Y comenzó trabajando desde su casa. El 90% de su trabajo requería que tuviera una buena conexión a internet y que pudiera presentar los documentos y llevar los registros (lo que podía hacer tranquilamente en la computadora de su casa). Para lo restante iba a la oficina de su cliente, o bien lo invitaba a tomar un café a un bar. Cuando se aseguró unos ingresos fijos y suficientes cada mes, recién allí rentó un apartamento específico para montar su oficina y compró un mejor equipo informático. Y su siguiente paso sería abrir una oficina comercial con todo el amueblamiento y equipamiento que eso implica. Si estás pensando en cómo un cliente de prestigio te verá si lo atiendes en un bar, te recuerdo que si no tienes un negocio por no tener con qué pagar la renta de la oficina o si administras mal tu negocio, tampoco trabajarás con él… Comienza pequeño y luego, a medida que vayas adquiriendo ingresos, mejoras tu situación y apuntas a otro tipo de clientes que requieran que tengas una oficina mejor plantada (si es lo que deseas).
Especialízate: esto no sólo funciona cuando no tienes mucho para invertir, sino que es una clave aún cuando no tengas ningún aprieto de dinero. Pensar que le venderás a todos, es el peor error que puedes cometer. Encuentra una necesidad en el mercado para satisfacer y define tu negocio en base a ella. Pero asegúrate de que sea lo más específica posible que te permita diferenciarte de la competencia. Si eres uno más, difícilmente puedas atraer clientes exclusivos que son los que te generarán mayores ganancias.En el caso de la colega que mencioné antes, encontró un nicho de mercado (si no sabes qué es, se le llama así al grupo de personas con características específicas y necesidades particulares que conforman tu mercado objetivo, el tipo de clientes con quienes trabajarás) conformado por emprendedores jóvenes, la mayor parte de ellos informáticos, que tenían una pequeña empresa haciendo aplicaciones tecnológicas y que no tenían ni idea de la parte contable, y mucho menos ganas de ponerse a aprender algo de eso. Estos dueños de negocio necesitaban a alguien que supiera qué hacer con todas las facturas a fin de mes y que manejara sus impuestos y obligaciones fiscales. Luego, como sucede habitualmente en grupos pequeños, unos fueron pasando el dato a otros y pronto tuvo un grupo mayor de clientes referidos cuyo trabajo era similar en todos los casos (con lo cual estaba también haciendo economía de escala, porque replicaba el trabajo de unos para otros, sin una mayor inversión de tiempo)
No des un salto al vacío: ¿tienes un trabajo estable y muchas ganas de emprender? Comienza sin dejar tu trabajo. Estoy segura que esto representará para ti un esfuerzo adicional, pero, si realmente vale la pena, lo harás con gusto. Claro que no podrás sostener esta situación más que algunos meses, pero al menos tendrás una prueba de si esto que estás comenzando te agrada y si comienza a dar algunos pasos. Si es así, si tu negocio da algunos pasos aún cuando sólo puedes dedicarle unas cuantas horas cada semana, imagínate qué podrás lograr cuando tengas tu dedicación completa allí.
Hazte una reserva: si te es imposible manejar ambas cosas al mismo tiempo, por ejemplo porque tu emprendimiento requiere que te muevas de la ciudad o que viajes, tal vez no te quede otra que renunciar a tu trabajo. En ese caso, y antes de hacerlo, tendrás que asegurarte una reserva o un ahorro con el que puedas vivir durante un tiempo. Lo aconsejable es al menos contar con el dinero que te servirá para vivir un tanto restringido y sin lujos, durante 6 meses a un año. Con esto, estás asegurándote no esperar resultados positivos en tu negocio por un tiempo prudencial. Todo lo que ganes antes de ese tiempo, será “inesperado” y no sólo mejorará tu situación económica sino que fortalecerá la “autoestima de tu negocio”.
Consíguete un trabajo parcial que te permita solventar los gastos de tu negocio: si ya estás embarcado en tu negocio propio y no te está yendo bien, antes de quemar absolutamente todo lo que has hecho con tu negocio y volverte a emplear para pagar tus gastos, puedes considerar una opción intermedia. Para poder optar por esta alternativa debes tener tiempo de maniobra. Es decir, si ya estás en la última instancia, con el último respiro y gastándote el poco dinero que queda, tal vez sea demasiado tarde. Pero si aún tienes unos pocos meses de resguardo, es ideal para darte un poco de energía y combustible para tu negocio. Un trabajo parcial suele ser aquel que, además de como su nombre lo describe por no ser de dedicación completa y así permitirte continuar con tu negocio, complementa tus ingresos y hasta en algunos casos te da el beneficio de poder promocionar tu propio negocio!. Una amiga trabajó como camarera los fines de semana hasta que finalmente pudo vivir sólo de sus servicios como entrenadora deportiva. Una clienta solventó los primeros gastos de su negocio siendo profesora en la universidad. Otra amiga trabajó como acompañante terapéutica hasta que su práctica privada de psicología empezó a crecer. Dar clases en la universidad, en la escuela o en un instituto privado, ofrecer servicios de cuidado de niños (especialmente si puedes aprovechar para cuidar al mismo tiempo a los tuyos, es un negocio rendondo!) y todo lo que se te pueda ocurrir que no te lleve mucho tiempo y que complemente tus ingresos, te dará aire para seguir trabajando en tu negocio propio.
Sé creativo: es cierto que el dinero facilita muchas cosas, pero si no cuentas con él y aún tienes una pasión golpeándote en el pecho queriendo salir, puedes utilizar la creatividad para conseguir lo que necesitas. Si tienes un servicio que puedes ofrecer, tienes algo con qué negociar. Busca posibles colegas con quienes puedas hacer intercambios de servicios. Por ejemplo, una amiga que es coach le ofreció a una colega diseñadora algunas sesiones de coaching a cambio del diseño web de su página. También puedes hacer una alianza estratégica con otros colegas para que promocionen tus servicios, a cambio de un porcentaje en las ventas que generes gracias a esa promoción. No tienes límite para utilizar tu creatividad. Todo cuanto imagines puedes intentar ponerlo en práctica para finalmente lograr el sueño de tener tu negocio propio.
Ahora tal vez estás mirando estas claves y te dices a ti mismo “claro, podría entonces comenzar con poco dinero, si tan solo tuviera tiempo para hacerlo…” Ahora tu obstáculo de pronto mutó de ser el dinero a ser el tiempo. ¿Te das cuenta? No será ésta otra de esas excusas de colección para no ponerte en marcha hacia tu sueño.
O tal vez te estés preguntando “A ver… a ver… entonces, si es así de sencillo… ¿por qué no todos quienes quieren emprender lo hacen?” Y tengo tres respuestas para darte.
La primera, porque no todos lo saben. Hoy eres un privilegiado al haber obtenido esta información. ¿Qué harás con ella?
La segunda, porque “la falta de dinero” es una de las excusas favoritas porque bueno… si no tienes dinero, qué le vamos a hacer. Parece como si fuera una “imposición externa”, algo fuera de tu control. Así que te quedas con esa información como un hecho dado y ya está. Piensas “cuando tenga dinero lograré mi sueño de emprender” y listo… te quitas la responsabilidad de encima.
La tercera, porque cuesta caro. A ver… ¿qué dije? ¿Cuesta caro emprender un negocio sin dinero? Y la verdad es que en muchos casos sí. Hay una estadística muy conocida que dice que el 80% de las empresas no superarán su tercer año de vida. Sin un modelo probado, que realmente sea efectivo y que se aplique a las bondades de tu negocio permitiéndote atraer sistemáticamente nuevos clientes, fortalecer tu posicionamiento en el mercado y generar ingresos, tienes fecha de vencimiento. Uy! ¿he sido muy dura? A ver… te lo digo de esta otra forma, tienes una solución. Pero depende de ti. ¿No tienes hoy dinero para invertir pero de verdad sí tienes todos los otros recursos que se necesitan (tiempo, voluntad, energía)? Comienza, lánzate, te llevará más tiempo y te darás la cabeza contra la pared unas cuantas veces, y en cuanto tengas los primeros ingresos, reinviértelos. Contrata un mentor, alguien que esté donde tú deseas estar y que te enseñe el camino, que te ahorre tiempo y dinero compartiendo contigo cuál es el modelo que utiliza para sostener su negocio en el tiempo y hacerlo crecer cada día. Búscate a alguien con quien te sientas identificado, que te inspire confianza, que sientas que pueden lograr buenas cosas trabajando juntos. Eso es fundamental. Claro, si quieres trabajar conmigo (y si de verdad eres una persona comprometida y orientada a la acción, que son los requisitos que necesitas para trabajar conmigo) estaré más que encantada de ayudarte en este desafío. Pero no te lo digo para que me elijas, busca entre todas las opciones que tienes en el mercado a quien mejor vaya contigo. Pero hazlo.
Así que si en tus resoluciones de este nuevo año has puesto que quieres emprender tu negocio propio y convertirte en un profesional independiente, ya sabes, tienes aquí varias acciones que puedes hacer para llevar a la práctica y que tu objetivo no quede sólo en un papel. ¿Te animas a hacerlo?
Vía: planemprendedor.com