El elemento diferenciador que te permitirá hacerte un hueco en el mercado no es otro que tu conocimiento, tu experiencia y, por así decirlo, tu talento profesional para ofrecer valor añadido a tu cliente.
Conseguir vender tu expertise no es fácil, pero aún menos es que sea percibido por tu cliente como tal, por eso conviene perfeccionar la forma de promocionarlo y, por supuesto, de comercializarlo.
Para conseguirlo es necesario definir claramente nuestro mercado objetivo. Si no lo haces, no podrás establecer una estrategia de diferenciación ya que no sabrás quién es tu cliente ideal a quien dirgir tu oferta.
Tan importante como identificar tu mercado es conocer qué valor añadido ofreces a tus clientes y que te permite diferenciarte de la competencia. Por regla general, entendemos que esto es indicativo de exponer las características de tu servicio, cuando lo que se pretende es presentar los beneficios que aportas y los resultados que obtendrá tu cliente al optar por tu propuesta.
Todo esto no es nada si no se presenta bajo el formato de una oferta atractiva. Para ello, es conveniente hacer hincapié en las de prestaciones adicionales o bonos que puedas ofrecerle incluso comparado con otros servicios muy similares de la competencia. No es tanto regalar, si no realizar una venta cruzada cualificada de otros elementos que permitan mejorar tu oferta inicial o básica.
En definitiva, es negociar con tu cliente para conocer su necesidad, exponer nuestro valor añadido y presentárselo como un paquete de beneficios que satisfagan sus necesidades.
Vía: pymesyautonomos.com