En la gestión de un proyecto uno de los elementos cruciales es estimar el tiempo requerido para poder ejecutarlo.
Para realizarlo hay que determinar si el tiempo necesario para completar cada actividad se puede considerar fijo, o por el contrario, es recomendable analizar distintos escenarios sobre la duración de las tareas.
Para la mayoría de los proyectos la casuística es esta segunda, es decir, que será necesario identificar los tres escenarios posibles: el más probable, el optimista y el pesimista.
Sin embargo, es mucho más útil, utilizar el Método de Ruta Crítica o CPM (Critical Path Method) que considera que el tiempo de las actividades es determinista, es decir, fijo y consiste en identificar la secuencia más larga (crítica) que determinará la duración del proyecto.
De este modo, para un proyecto que consta de 7 actividades y una duración determinada, planteándonos que a las actividades A, B, C no les precede ninguna otra, pero que a las actividades D y F les precede A y a la actividad E, la C, dependiendo G de B, D, E. Entonces, la ruta crítica es la que definen las actividades A-D-G y el tiempo estimado será el de la suma de estas actividades.
Esto quiere decir, que si alguna de las actividades de la ruta crítica sufriera un retraso, el proyecto, en su conjunto se retrasaría en su ejecución.
Via: Pymes y autonomos