En los primeros días del mes de diciembre, el Australian Bureau of Agriculture Resource Economics, ABARE, dió a conocer la primera estimación de la cosecha de cereales de verano, es decir, la que se siembra en los meses de diciembre y enero próximos y se cosecha entre fines del primer cuatrimestre y mediados de 2003.
Según esa estimación, la producción total, de no producirse lluvias sustanciales en las próximas cuatro semanas, caería a 2 millones de toneladas, cifra un 59% inferior a la de la última campaña y la segunda menor cosecha de verano de los registros históricos.
La cosecha más afectada sería el arroz, con una disminución del 70% sobre las 1.200.000 toneladas producidas en 2001-2002, mientras que la de algodón se reduciría en el 65% de las 622.000 toneladas producidas el año anterior y la de sorgo caería un 52% frente a la cifra de 1.825.000 toneladas de 2001-2002.
Ante tales perspectivas y los resultados de la cosecha de invierno, los medios especializados estiman un incremento de la importación de forrajes, ya comenzada, a fin de sostener la producción animal, especialmente en las explotaciones intensivas avícolas y de cría de porcinos.