En realidad son tres…bueno, mejor empiezo a explicar.
Esta definición surge a partir de una consulta sobre cuáles son las alternativas estratégicas que tiene una empresa en una situación de recesión tal cual, de manera incipiente, se plantea en nuestro país.
Es claro que este encuadre puede ser discutido según los distintos pareceres profesionales o pueda variar según sea el sector en análisis, pero más allá de la definición técnica lo cierto es que hay algunos índices que así lo demarcan y por sobre todo, hay un pensamiento colectivo que predispone la interpretación de la realidad desde dicha óptica.
Sea la situación que sea, al menos desde lo conceptual, resulta válida la pregunta y creo que también es oportuna dado que los procesos recesivos son parte del ciclo económico de cualquier nación, por ende, la empresa debe estar preparada convenientemente a fin de poder hacer frente a ello con posibilidades de sobrevida y de ser posible, crecimiento.
Abstrayéndonos de las causas, los procesos recesivos siempre manifiestan una retracción en la demanda general de bienes y servicios. Como consecuencia lógica, la actividad económica del país o sector se reciente afectando seriamente el empleo y la generación de renta, pudiendo llegar a situaciones límites de pérdida económica o incluso de quiebra empresaria si dicho estado se mantiene por un período que supere la capacidad de resistencia de la firma.
Actualmente este escenario se puede (lamentablemente) visualizar en países como España, Grecia y salvando las distancias y la aclaración antes dicha, en nuestro país.
Sin profundizar en el análisis económico que da origen a este contexto, lo que cabe es plantearse el cómo las empresas pueden afrontarlo.
En estos casos solo hay tres alternativas básicas:
a) La espera -el no hacer nada y esperar-.
b) La retracción -la reducción al máximo de toda erogación-.
c) La expansión -el Invertir para crecer-.
Veamos las mismas en detalle.
a) La espera -el no hacer nada y esperar-.
Este modelo es típico y resulta lo primero que una empresa PyME suele hacer.
La poca capacidad de este tipo de empresas para percibir anticipadamente las señales del mercado conjuntamente con los escasos recursos con que cuentan a fin de tomar acciones hace que éstas reaccionen muy lentamente y tomen el “ver qué pasa” como una estrategia cuyo basamento es la secreta esperanza que todo vuelva a su cauce normal.
La falta o el pobre análisis del devenir futuro de la economía las obligan a vivir el presente y apoyarse en análisis económicos de cortísimo plazo lo que conlleva a trabajar sobre la esperanza que el día de mañana sea mejor al de hoy y así sucesivamente.
La posibilidad de llevar a cabo acciones que compensen las variables negativas de la economía, independientemente de poder o no hacerlo, son prácticamente nulas dada la posición mental de los directivos y así la realidad se impone haciendo que la sobrevida de la empresa sea siempre el resultante de las reservas con que se cuente y las variaciones del mercado que claro está no dependen de la firma.
b) La retracción -la reducción al máximo de toda erogación-.
Este encuadre resulta una reacción absolutamente lógica y se basa en el resguardo de los recursos escasos con que la empresa cuenta.
Ante un entorno de baja demanda el sentido común dicta reducir los egresos al máximo posible o en el límite de la subsistencia y esperar a que se presenten tiempos mejores para recién allí volver a exponer un perfil de oferta adecuado al resurgimiento económico.
Este esquema resulta muy difícil de rebatir dado que como dije, se origina en el sentido común y es respetado aún por la propia naturaleza incluyendo claro hasta al mismo cuerpo humano.
El problema que se suscita en esta estrategia es que:
1. Se imita el comportamiento de prácticamente todo el sector.
2, El ahorro o retracción del egreso muchas veces, en forma directa o indirecta, reducen la posibilidad de generar acciones que potencien la venta/renta.
3. Cuando las variables logran estabilizarse y se inicia el crecimiento de la economía, la mayoría de las empresas toman acciones para lograr nuevamente posicionamiento y alcanzar cotas de mercado. Esto implica un recrudecimiento de la competencia ya que todos –al mismo tiempo- quieren volver a ubicarse en la oferta para acaparar la mayor demanda posible.
4. Dado que se ignora el tiempo que debe permanecerse en dicho estado puede suceder que aun preservando los recursos estos no alcancen con el agravante que, día a día, la empresa se encuentra debilitada y ello conlleva la imposibilidad de materializar acciones que puedan representar un incremento de la demanda o un mejor posicionamiento.
En otras palabras, se respeta el mandato natural preservando los recursos disponibles a la espera de tiempos mejores aun a costa de un debilitamiento progresivo que condicione la capacidad de respuesta del ente ante posibles oportunidades de desarrollo o en el mejor de los casos, intentar posicionarse nuevamente cuando todo el sector esté intentando hacer lo mismo.
c) Invertir.
Este modelo implica un pensamiento audaz donde al momento que todos se retiran (y resguardan) se avanza con acciones de compra y/o posicionamiento en el mercado.
La idea es tomar posición en un momento donde nadie así lo hace y con esto sacar ventaja ubicándose en un mejor lugar para cuando el mercado se restablezca.
Dado que la mayoría reduce su exposición y perfil de oferta, usualmente se consiguen buenos precios en acciones comunicacionales y/o de compra de activos (inmuebles y de capital).
Los países no quiebran y esto quiere señalar que los procesos de expansión y de recesión le son propios sucediéndose periódicamente lo que implica que, superando el lógico y natural temor respecto del futuro de la economía y actuando en la ofensiva, se logra alcanzar un estado de situación y de mejora que no podría lograrse fácilmente al momento en que la economía se restablece y todos salen a competir.
Antes de terminar me gustaría recordarle un pasaje de la Sagrada Biblia que, con independencia de las creencias, resulta un libro de gran sabiduría y consejo de vida.
Me refiero a la Parábola de los Talentos (Mateo 25:14-30) donde un señor le da a sus tres sirvientes 5, 2 y 1 talentos (moneda) y se fue de viaje. Cada uno hizo lo que entendía que debía hacer con lo recibido y al regresar el amo el que recibió 5 le dio otros 5, el que recibió 2 le dio otros 2 y ambos fueron recompensados por haber sido fieles y haber invertido. El último escondió el talento por miedo de perderlo y le reintegró 1, por ello fue castigado por no haber trabajado lo recibido.
Está de más decir que este artículo no puede contemplar las particularidades de cada empresa y de su contexto. Solo pretende hacerle ver otras posibilidades a fin que pueda evitar perjuicios que pongan en peligro su negocio e incluso que contemple alternativas de crecimiento aun en la situación de crisis en la que hemos hablado.
Después de todo, el magnate George Soros decía que el secreto de su fortuna era comprar acciones cuando el mercado estaba en baja y vender cuando el mismo está en alza.
Considere que la falta de recursos no es una escusa válida dado que resulta típico que las PyME no cuenten con ellos y parte del gran valor de sus titulares es la generación del mismo, por ende, solo es necesario que desee lograr sus objetivos para que así se busquen los recursos y se disponga de chances de lograr estos.
Piénselo y actúe en consecuencia y si tiene alguna duda sobre el tema o cualquier otra, no deje de escribirme a a dcasais@dhcconsultores.com, con gusto le responderé a la brevedad.