A juicio de un ex vicepresidente de Sun Microsystems, los problemas que afectan a la compañía se deben a que Scott McNealy reaccionó demasiado tarde cuando reventó la denominada burbuja punto-com.
John Shoemaker trabajó durante 15 años en Sun y dirigía la división servidores de la compañía cuando la abandonó en 2002. Shoemaker ha publicado ahora un artículo en que critica a Scott McNealy, presidente de Sun, por haber reaccionado con demasiada lentitud cuando fue necesario despedir a empleados.
«Los gerentes de Sun nos encontramos con nuestro mayor desafío cuando no logramos convencer al presidente de la compañía de la necesidad de tomar decisiones rápidas respecto de una reducción dramática de personal», escribe Shoemaker en la revista Business Horizons, publicada por la Escuela de Negocios Kelly, adscrita a la Universidad de Indiana, Estados Unidos.
«Mientras otras compañías tecnológicas como Cisco e Intel debieron tomar difíciles decisiones para salvar lo que tenían y las inversiones de sus accionistas, los despidos en Sun fueron tardíos e insuficientes. Esta única decisión insuficiente de reducir personal en Sun fue, a mi juicio, el evento crítico que ocasionó la enorme caída de Sun», escribe Shoemaker.
Mientras que los competidores IBM, Dell y HP se han repuesto, Sun continúa enfrentando serios problemas financieros. En el período 2001-2005, Sun despidió a 13.000 personas, pero sus gastos de personal continúan siendo demasiado altos, observa el ex vicepresidente de la compañía. Sus ingresos cayeron en 39,3% en ese período, mientras que el nivel de gasto sólo fue reducido en 26,5%, Según Toni Sacconachi, analista de Sanford C. Bernstein. Sun tiene ahora 38.800 empleados, y a juicio de Sacconachi debería reducir su plantilla en 25%.
En su artículo, Shoemaker también critica la apuesta de Sun por el sistema Java. La compañía tiene más de 4.000 desarrolladores que trabajan con Java. «Pero IBM y los demás competidores se llevan las ganancias».
«El nivel de gastos era abrumador. Cientos de millones fueron destinados a investigación y desarrollo cada año. Sume a esto el gasto de no poder contar con este personal técnico altamente calificado en el desarrollo de productos que darían ingresos directos. «Si, por ejemplo, algunos de estos recursos hubieran sido dedicados a Solaris, la situación sería muy distinta actualmente», indica Shoemaker.
Cuando la burbuja punto-com estalló, Sun pasó de un crecimiento anual promedio de 50-60%, a una brusca caída.
«Fue como frenar a un trasbordador espacial sin aislamiento térmico ni paracaídas. Debido a que entonces dominábamos los mercados verticales (industrias específicas), que colapsaron, nuestro descenso fue peor que para los competidores. De pronto, nuestros servidores estaban siendo vendidos a precio de ´liquidación por incendio´ en el mercado de segunda mano», escribe Shoemaker.
A pesar de sus críticas contra McNealy, Shoemaker expresa confianza en el futuro de Sun «siempre y cuando haya cambios a nivel gerencial».
«A pesar de lo ocurrido, creo que Sun Microsystems ha tenido mucha suerte al poder contar con una de las mejores agrupaciones de talentos del más alto nivel intelectual», indica Shoemaker, concluyendo que «Quizás algún día el problema de gestión de Sun sea enfrentado con eficacia».
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www.sun.com