Conseguir relevancia en el mercado y mantenerse en la preferencia del consumidor es una tarea cada vez más compleja, si se considera que en la mayoría de las categorías la oferta crece más que la demanda.
Al respecto, vale la pena mencionar los datos de un reciente estudio realizado por Point of Purchase Advertising International, mismo que indica que en una visita de 40 minutos al super mercado, el shopper tiene acceso a cerca de 50 mil productos, de los cuales adquiere una media de 50, lo que supone que el tiempo que las personas prestan a cada producto adquirido es de cinco segundos.
El panorama que las cifras anteriores ponen sobre la mesa obliga a las marcas a mantenerse en constante búsqueda de ventajas competitivas en función de las exigencias que los nuevos hábitos del consumidor suponen, dentro de las cuales la relación costo-beneficio o variedad de inventario ya no son los únicos aspectos a considerar.
Al respecto, compartimos dos conceptos que las marcas necesitan conocer, entender y aplicar para estar un paso adelante en dicha batalla por la relevancia y la preferencia del consumidor:
Marketing agnóstico
Se trata de una técnica centrada en generar nuevos mercados a través del desarrollo de propuestas innovadoras que parten de un concepto en donde la segmentación del mercado, elección de canales y desarrollo de mensajes, por ejemplo, no están sujetos a conocimientos o creencias predeterminadas sobre los consumidores, plataformas o canales de comunicación -sólo por mencionar algunas-, lo que supone procesos basados en ejecuciones prueba y error que implican inversiones menores capaces de generar áreas de oportunidad altamente redituables.
Es una modalidad de marketing en la que los targets son entendidos y segmentados a partir de estilos de vida no estereotipados alineados a valores y filosofías concretas, antes que mediante paraetros convencionales como edades, NSE, roles sociales, canales predilectos de compra o hábitos de consumo de información, por ejemplo, lo que permite a las marcas a,pliar su mercado en congruencia con los principios que esta última profesa sin que necesariamente las nuevas propuestas estén alineadas a su oferta habitual.
Un ejemplo al respecto fue la campaña Lifepaint de Volvo la cual sin la intención de vender autos apostó por reforzar el valor de “seguridad” de la marca mediante el desarrollo de una princtura anti-accidentes para ciclistas.
Design thinking
Se define como una metodología de trabajo que centra su eficiencia en en entender a detalle las necesidades del target desde diferentes aristas y no sólo desde aquellas que la propuesta de la marca puede cubrir, con lo que las innovaciones se sustentan en desarrollar soluciones de negocio rentable para las empresas.
La marca de telefonía Optus apostó por este concepto con la campaña Clever Buoy, misma que represento para la firma un crecimiento de 84 por ciento en el sentimiento positivo de los clientes, un valor ganado de publicidad y relaciones publicas cercano a los 7 millones así como un alcance en medios sociales materializado en 40 millones de impresiones.
Vía: Merca20.