En toda empresa, el Jefe ocupa una posición jerárquica del cual todos los empleados deben respetar las funciones que emanan de él por lo que una mala actitud puede traer graves consecuencias.
Un vendedor, un empleado administrativo y el gerente salieron de la oficina para almorzar cuando en la calle encuentran una antigua lámpara de aceite.
La frotan y un Genio aparece envuelto en una nube de humo.
– Generalmente otorgo tres deseos, así que les voy a dar uno a cada uno – dice el Genio.
– ¡A mi primero! ¡Yo primero! –grita entusiasmado el empleado administrativo. ¡Quiero irme de vacaciones en el Caribe!, e inmediatamente desapareció.
Sin salir de su asombro, el vendedor vocidera:
– Ahora a mi! … Quiero estar en Hawai, descansando en la playa con mi masajista personal, con una inagotable provisión de cerveza y con una top model. Y desaparece también.
– Bueno, ahora te toca a ti – le dice el Genio al Gerente.
– Quiero que esos dos vuelvan a trabajar después del almuerzo – dijo.
Moraleja
En el mundo laboral, hay jefes abiertos y comunicativos, los hay inalcanzables, intimidantes, próximos; en fin, hay de todo tipo por lo que se debe saber cómo lograr comportarse frente a él en diversas situaciones.
En el caso de ésta fábula, siempre hay que dejar que el jefe hable primero, pues el la persona que lleva la pauta en todo negocio. Es la mejor actitud profesional que todo empleado debe tener.
Vía: emprendedores.news.com