Hace años que los especialistas en RRHH se enfocan en la formulación y gestión de los procesos de selección y contratación, formación, compensación, y la gestión del rendimiento. Siempre basándose en la idea de que los recursos humanos deben hacer valer su influencia en la estrategia organizacional -concepto empleabilidad-.
Ahora que la aceleración en los cambios tecnológicos, macro y micro económicos, tanto internacionales como fundamentalmente locales añaden presión extra a las empresas, éstas se ven obligadas a ver al talento como una prioridad absoluta, por lo cual los altos ejecutivos deberían invertir cantidades significativas de tiempo en la creación de estrategias para atraer, motivar y retener el talento.
Esta estrategia tendrá éxito cuando se nutra de talentos en todos los niveles, desarrollando una serie de propuestas de valor para atraer y conservar las diferentes clases de trabajadores, aumentando el rol de los recursos humanos y sus capacidades, dentro de la estrategia organizacional.
En oposición al concepto de retención de talentos mas difundido en la actualidad, el cual refuerza la idea de retener «a los mejores» o a los individuos «estrella», las empresas deberían atender las necesidades de talento en todos los niveles de la organización ya que la experiencia sugiere que un enfoque exclusivamente centrado en los mejores jugadores puede dañar la moral del resto de la organización y, como resultado, el rendimiento general.
El desafío mayor consiste, entonces, en crear la «cultura del talento», inculcando un profundo compromiso en toda la organización, comenzando por los niveles superiores y extendiéndola como cascada a través de las diversas filas adaptándola a las diversas realidades.
Los profesionales en RRHH deberemos entonces adecuar y mejorar nuestra capacidad para traducir las necesidades de la empresa en estrategias de talento, para lo cual las áreas de RRHH deben adquirir conocimientos mas profundos del core business del negocio, comprometiéndose a convivir con los áreas comerciales y operativas como parte de su proceso de formación individual lo cual estimo que le brindará la oportunidad de ganar la confianza de los directores de cada área frente a sus diversas propuestas.
Por otro lado el resto de la organización deberá comprender que la cultura del talento no debe considerarse como una política implementada unilateralmente por RRHH sino que es la herramienta que la organización en su conjunto tiene para adaptarse a los nuevos tiempos y que sólo funcionará si todos y cada uno SIN EXCEPCIÓN comprende su rol y lo lleva adelante con responsabilidad individual.
En resumen la noción de talento incluye a toda la organización sin diferenciación alguna y solo con la activa participación de todos los sectores involucrados se garantizará su éxito y sustentabilidad en el tiempo, de lo contrario no pasará de ser simplemente una moda pasajera, lo cual será lo peor que le puede pasar… a toda la organización en su conjunto.