Un servicio de malware como servicio, o «MaaS», recientemente detectado permite crear y alojar un nuevo troyano personalizado que facilita la administración remota de sistemas infectados por el pago de una cuota mensual por el uso del servicio.
Los hackers han evolucionado. Ya no buscan notoriedad como antaño, sino que su principal objetivo es el lucro económico.
Es por esto que la prestación de servicios entre cibercriminales es bastante común, incluyendo la venta de troyanos nuevos desarrollados por programadores o la venta de información recogida por spammers, entre otros. Todos se encuentran y se comunican a través de canales de IRC, donde se inician las negociaciones y las aplicaciones.
“Frente a esta realidad, no sorprende la existencia de escuelas online diseñadas para formar a los cibercriminales novatos.
Siguiendo esta tendencia, emergente en Latinoamérica, comienzan los primeros servicios para crear malware personalizado, denominado Maas (Malware as a Service)», afirma Fabio Assolini, analista experto de Kaspersky Lab. “Este tipo de servicio es muy común entre los ciberdelincuentes de Europa del Este y ahora está empezando a usarse en todo el mundo, sobre todo en Brasil, donde está cogiendo mucha fuerza».
Un servicio «MaaS» recientemente publicado por ciberdelincuentes brasileños y detectado por Kaspersky Lab permite crear y alojar un nuevo troyano personalizado que además facilita la administración remota de los ordenadores infectados a través del pago de una cuota mensual por el uso del servicio, todo ello a través de una interfaz gráfica que no precisa experiencia en programación.
Al igual que cualquier servicio online, los futuros ciberdelincuentes pueden elegir el mejor método de pago para comenzar a utilizar el servicio que incluye lecciones en vídeo para aprender a usarlo, la creación del propio troyano, la administración del negocio fraudulento y la gestión de campañas de malware para difundirlo entre las posibles víctimas de la misma.
Para Assolini, este tipo de troyanos permiten el control absoluto de la máquina de la víctima, además de recopilar información personal, como inicios de sesión para acceder a los servicios de redes sociales, mensajería instantánea, banca, etc.
Todo esto facilita a los delincuentes más experimentados ganar dinero no sólo a través de los ataques que ellos mismos realizan, sino también mediante la venta de sus servicios a los recién llegados al mundo del cibercrimen.