Las redes sociales y su explotación para lograr una mejor comunicación sigue siendo una asignatura pendiente para el grueso de las pequeñas y medianas empresas. Existen algunos ‘pecados capitales’ que, pese a la evangelización de muchos especialistas en marketing en esas plataformas, no dejan de cometerse. Por eso, hoy por hoy existen muchos perfiles negativos que se repiten.
Perfiles que ponen de manifiesto algunos de los defectos: egocentrismo, previsibilidad, irregularidad… Aquí recopilamos cuatro formas de actuar que, seguramente, obtendrán pocos resultados positivos.
– Aburridas. Son las marcas que se convierte en previsibles. Comparten dos o tres enlaces al día relacionados con noticias o novedades de su sector. Hablan casi para ellos mismos que para una audiencia. En muchas ocasiones con lenguaje especializado y con una escasísima capacidad para generar interés al otro lado.
– Egocéntricas. Se trata de aquellas que no dejan ni un solo minuto de mirarse el ombligo. Compartir exclusivamente enlaces a su web, a sus páginas de productos o a las notas de prensa sobre sus últimos logros. No interactúan prácticamente nunca con sus usuarios, ni entienden que tengan por qué hacerlo. Van a ‘vender su libro’ sin saber que llegar allí implica un imprescindible cambio de mentalidad.
– Irregulares. Son aquellas que abandonan sus perfiles corporativos durante varias semanas para luego retomar la actividad durante tres días rozando el ‘spam’ y volver a la inactividad. Con esta forma de gestionar su presencia, muchas no entienden por qué no obtienen resultados.
– Robóticas. Los encargados de gestionar esa presencia de la marca no tienen tiempo para dedicarse a ello y eso desemboca en que todas las redes sociales tienen los mismos contenidos, las mismas actualizaciones y los mismos mensajes. Pequeños ‘robots’ distribuyendo mensajes enlatados, sin más.
Son perfiles que no deberían existir, pero que se repiten mucho entre las pequeñas empresas (también entre las grandes). Y demuestran que en no pocos casos las redes sociales siguen siendo una asignatura pendiente.
Autor: Jesús Martínez