En la UE (Unión Europea) se considera, en general, que la agricultura europea debe ser sostenible, productiva y competitiva y que debe abarcar todo el territorio (aun las regiones menos favorecidas y montañosas). El sector agrario debe seguir ofreciendo a sus trabajadores un nivel de vida adecuado y contribuir a la conservación del campo, la naturaleza y la vida rural. Debe satisfacer las exigencias de consumidores y ciudadanos en cuanto a oferta, precio, calidad y seguridad de los alimentos, protección del medio ambiente y bienestar de los animales.
Pero a las zonas rurales de la UE cada vez se les exige más que no sólo suministren alimentos, sino placer estético, bellos paisajes y posibilidades educativas, recreativas y turísticas. Esto sólo será posible con una agricultura multifuncional y un campo que, pese a disminuir el número de explotaciones agrarias, siga albergando verdaderas comunidades productoras de una serie de bienes y servicios.
En total, la «política agrícola común» PAC (entre medidas de mercado, pagos directos y desarrollo rural) cuesta en torno a 53 000 millones de euros al año. Esto representa alrededor del 40% del total del presupuesto de la UE, aunque la proporción va en descenso.
En promedio, cada ciudadano le destina al día unos 30 céntimos de euro
La parte del presupuesto destinada a la agricultura va en descenso (71% en 1984, 65% en 1990 y un 33% previsto en 2013). En torno al 1% del gasto público de la UE se destina a la agricultura. A cambio, los contribuyentes reciben una abundante oferta de alimentos seguros y de gran calidad, además de la protección de los insustituibles entornos y paisajes europeos.
Se preguntaran un sector que se le destina casi el 40% del presupuesto ¿cuantos agricultores hay en la UE?
En enero de 2007, la ampliación de la UE a 27 Estados miembros elevó el total de agricultores a unos 13 millones. A los 9,5 millones que ya había en la UE-25 se sumaron otros 3,5 de los nuevos Estados miembros (Rumanía y Bulgaria).
¿Por qué subvencionan los contribuyentes de la UE a los agricultores y no a otras profesiones?
Después de la Segunda Guerra Mundial, cuando se creó la PAC, la seguridad alimentaria preocupaba a los políticos, quienes tampoco ignoraban que el nivel de ingresos era inferior en las zonas rurales que en las urbanas. Pero el agrario no es el único sector beneficiario de ayudas públicas. Hay otros muchos otros sectores de la economía, como los de la energía, los transportes o la investigación médica y científica, que perciben subvenciones públicas. Es posible que en Europa se hable más de los pagos a la agricultura porque los gestiona la UE y se financian principalmente a través de su presupuesto. La agricultura se distingue de otras ocupaciones por depender mucho de factores naturales que, como el clima, son imposibles de controlar. Todo proyecto empresarial en el sector está a merced de este tipo de factores, lo que en modo alguno ocurre en otras profesiones. A ello hay que añadir que los precios del mercado son sumamente variables.
La UE absorbe el 85% de las exportaciones agrícolas africanas y el 45% de las latinoamericanas.
Todos los países de América Latina y el Caribe se benefician de sistemas de acceso preferencial para sus exportaciones al mercado de la UE.
El precio medio de las principales hortalizas (patatas, tomates, coles) por kilogramo del comercio intracomunitario ha sido de 0,78 euros/kilogramo y de 0,79 euros/kilos el de las importaciones de terceros países.
¿Es la UE el único organismo que proporciona ayuda pública a sus agricultores?
No. La mayoría de los demás países desarrollados ayudan y siempre han ayudado a la agricultura de una u otra forma, aunque no siempre como lo hace la UE. La PAC responde a las particulares circunstancias sociales, económicas y medioambientales de la Unión Europea. Desde 1992 se vienen introduciendo una serie de reformas a fin de hacer de la PAC una política propia del siglo XXI.
¿Por qué necesitan ayudas públicas los agricultores? ¿No les basta con sus ingresos?
En contra de lo que se cree en algunos países, la agricultura no es el cuerno de la abundancia. A menudo las explotaciones son muy poco rentables, lo que obliga a los agricultores a trabajar a cambio de unos ingresos muy bajos. Muchos trabajan incluso sábados y domingos. Las inversiones básicas para ejercer esta actividad son costosas, y los ingresos, bajos si se comparan con los de otras profesiones. Las ayudas que reciben los agricultores de la UE les permiten suministrar una serie de bienes públicos que el mercado por sí solo no ofrece: protección del medio ambiente, bienestar animal, alimentos seguros y de gran calidad. Satisfacer estas exigencias es lo que encarece la producción de alimentos en Europa con respecto a otros países que no obligan a sus agricultores a cumplir normas como éstas o similares.
De ahí el coste relativamente elevado de la producción de alimentos en Europa. Sin ayudas públicas, sería muy difícil competir con los agricultores de otros países.
Aunque el tamaño medio de una explotación en la UE-27 sea de 11,5 hectáreas, el 5% supera las 50 hectáreas. Se trata de explotaciones grandes en la UE, pero mucho más pequeñas que, por ejemplo, las de Australia, Estados Unidos, Rusia o Argentina. Las diferencia de tamaño obedece a muchos factores (el terreno, el clima, las políticas aplicadas hasta ahora, los regímenes de propiedad de tierras, etc.) y a circunstancias históricas. Aún limitándose a la UE, es difícil generalizar sobre el tamaño de las explotaciones. Por ejemplo, las del este de Alemania son mucho más grandes (en promedio) que las de las demás regiones de ese país, y las de la República Checa mucho más grandes que la media europea.
La UE es el mayor importador mundial de productos agrícolas. Importa más productos agrícolas de los países en desarrollo que Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y Japón juntos. Ha abierto por completo su mercado, libre de aranceles y contingentes, a las importaciones de los 49 países más pobres del mundo.
Puede llegar “la primera guerra global” por el control de la agroalimentación? La UE está preparando el camino por si llega un nuevo escenario? Se pueden imaginar una guerra con un presupuesto anual? Que es lo mismo que decir: “Mi general lo siento, tendrá que esperar a septiembre para disponer de refuerzos. Es cuándo recibiremos el nuevo presupuesto”.
Si durante un tiempo los agricultores están sometidos a unos ingresos menores y a unos costes mayores, muchos abandonarán su actividad . Tal situación podría provocar una reducción de la producción de alimentos en Europa, lo cual impediría el desarrollo de una agricultura multifuncional en la UE.
Artículo dedicado a un agricultor-apicultor…que ha dedicado y «sigue» más de setenta años a esta profesión y un buen conocedor de la evolución del desarrollo rural, a mi padre: José Romero García i Martínez De Joz
Andreu Romero i Martínez
Fuente: Unión Europea, Jornadas UPV, Informes de Mercado y art. Andreu Romero – POLIAVIN.ibc El Déficit por Cuenta Corriente español, el Precio de los Alimentos y la Inmigración 1-2ª parte) etc.