Estuvo en la Argentina Héctor Vargas, titular del Comité de Zonas Francas de las Américas, quien advirtió sobre la necesidad de dotar a las áreas de un perfil exportador con el propósito de captar inversiones extranjeras.
Las zonas francas argentinas actualmente están limitadas a prestar servicios de almacenaje fiscal de mercancías debido a una serie de deficiencias en el marco legal vigente que las ubican a años luz de los emprendimientos internacionales más exitosos en la materia.
Estos últimos captan altos niveles de inversión extranjera, dan un marco propicio para el desarrollo de emprendimientos manufactureros de un claro perfil exportador y generan numerosos puestos de trabajo.
Sin ir más lejos, esto sucede en varios países de América Central aunque existen casos similares en el Sudeste Asiático y México, por nombrar sólo unos pocos. Algunos de estos modelos exitosos se podrían recrear en el país y entonces las zonas argentinas se convertirían en pilar de la reactivación económica.
Pero esta posibilidad aún no parece estar siendo considerada, en la medida en que lo merece, por el Gobierno ni por los legisladores que aún no han corregido los defectos de la ley de zonas francas vigente.
Con el manifiesto objetivo de revertir esta situación, hace días llegó al país Héctor Vargas, ejecutivo costarricense que preside el Comité de Zonas Francas de las Américas (CZFA). Y mantuvo entrevistas con altos funcionarios de la provincia de Buenos Aires y del ministerio de Economía de la Nación en las cuales les transmitió los cambios de índole normativa necesarios para dotar a las áreas aduaneras argentinas de un perfil exportador.
Junto con Vargas, visitó la Argentina el presidente del grupo empresarial costarricense Saret Miguel Ramírez Steller. Este consorcio, con 25 años de existencia, posee dos zonas francas en el país centroamericano que albergan a 45 empresas y generan 4500 puestos de trabajo. Vargas dijo que llega ‘en un buen momento para discutir la situación de las zonas francas.
El Gobierno está buscando desarrollar un nuevo modelo económico para el país y debe entender la importancia de las zonas francas a través de una estrategia dirigida a atraer inversiones extranjeras’.
Ramírez Steller puso el acento en la gran transformación operada en Costa Rica gracias a la incidencia de las zonas francas. Este país pasó de exportar productos básicos (banana y café) a ser conocido como el Silicon Valley de América latina por su exportación de componentes electrónicos a la que se agrega la de productos farmacéuticos y la de servicios.
Para Jorge Landau, presidente del Ente de Administración de la Zona Franca La Plata, uno de los puntos clave que habría que modificar es la imposibilidad, vigente en la Argentina, de introducir pagando los aranceles correspondientes la mercancía producida en las áreas aduaneras.
El funcionario explicó que la imposibilidad de ingresar mercadería en territorio aduanero general constituye una evidente desventaja competitiva para las zonas nacionales respecto de las uruguayas, que no tienen limitaciones en este sentido.
En el último encuentro de los empresarios de sector las zonas francas argentinas, en Buenos Aires, con motivo del VI Reunión de ministros de Comercio de los países que aspiran a constituir un Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), lograron bloquear el avance de Brasil en cuanto a incluir la decisión 8 del Mercosur en las negociaciones del grupo de acceso a mercados.
Esta norma, que generaba la resistencia unánime de los enclaves de los demás países, estipula que las empresas industriales que se instalen en las zonas francas de los cuatro países no pueden exportar al bloque su producción, con la única excepción de las que lo hagan en Manaos o Tierra del Fuego. El avance abre las puertas a que, luego de la constitución del ALCA, la decisión sea derogada en el Mercosur.