Tema muy hablado por especialista y por fundamentalmente por aquellos que deben tomar la decisión de incorporar un Gerente a su PyME.
En realidad, el listado de conocimientos y habilidades que se requieren para una efectiva gestión puede ser tan largo como la capacidad de aquellos que la redacten.
Esta situación nos obliga a ser selectivos y concentrarnos. Si tenemos presente que la definición más usual de dirigir es “obtener resultados a través de otros” nos daremos cuenta que si pretendemos un “gerente”, más allá de la especialidad, debemos hacer foco en las capacidades en cuanto a las relaciones interpersonales.
Después de todo, el mejor de los técnicos no podrá llevar a cabo gestión alguna si resulta incapaz de interactuar y hacer que los otros lleven a cabo la labor requerida. Aunque esto le parezca irreal, la mayoría de los fracasos en la dirección se generan en deficiencias en cuanto a las habilidades interpersonales y esto conlleva a que se despiden más directivos por sus ineficientes habilidades relacionales que por falta de conocimiento técnico.
Un Gerente es un dirigente, es decir “dirige gente” y desde ese lugar produce un efecto palanca positivo hacia el desarrollo de su gente y la empresa en su todo (titulares, inversionistas, clientes y terceros en general).
El logro de los objetivos se construye a partir de la búsqueda de oportunidades, el aprovechamiento de estas, negociaciones efectivas y la capacidad para interactuar en las relaciones humanas y los conflictos que de ellas se desprenden.
Por ende, la gestión de un Gerente siempre estar muy vinculada con la posición que asuma frente a los objetivos, su conocimiento y el manejo de las relaciones humanas.
Visto de esta manera, nos vemos obligados a estudiar los Currículum Vitae de los postulantes mirando más allá de los estudios y títulos académicos. Deberemos observar que formación tiene en habilidades interpersonales ya que estas son las que le permitirán obtener datos informales y decidir en situaciones no tradicionales y de incertidumbre; le facilitaran el manejo de conflictos y serán generadoras de motivación y cohesión de su gente.
No obstante, no puede considerarse las habilidades necesarias sin contemplar el entorno donde desempeñará su gestión. Este lo conforma el personal (a su cargo y los que no se encuentra en su esfera de influencia pero que tiene contacto con su gente); los proveedores, clientes; terceros en general, etc., y podrá ser agresivo o no, con alto o bajo nivel profesional, embebido de situaciones conflictivas, muy politizado, etc. Todo ello conforma un contexto que influenciará positiva o negativamente en la tarea.
En relación con el entorno, lo que se espera de un Gerente, básicamente es la definición de escenarios futuros o principales tendencias (tecnológicas, sociales, políticas, etc.) que puedan ofrecer oportunidades o amenazas.
Generar e informar a su entorno de todo lo necesario para que este pueda identificar las fortalezas de la organización y reforzar aquellos aspectos que representan debilidades.
El Gerente debe visualizar las necesidades del mercado y articular las capacidades interna y externas de la entidad para satisfacer a estas en términos de calida (según lo defina el cliente), oportunidad y condiciones apropiadas.
Esto nos lleva a definir claramente la necesidad de un pensamiento estratégico, gran capacidad de comunicación y de negociación efectiva, la motivación y el entusiasmo.
Otro factor es lo conforma la Dirección y el Equipo Gerencial. En las PyMEs esto suele reducirse al titular y quizás a algún otro profesional vinculado con un área en particular. La falta de experiencia de los mismos para moverse en equipo, desarrollar una comunicación eficiente, el buen uso del disenso y respeto al otro (fundamentalmente del titular) suele ser un elemento muy negativo para el desarrollo de un nuevo Gerente.
En relación con el equipo de dirección, el Gerente debe ser permeable a la información suministrada por el equipo y aceptar las diversas ópticas del problema y que pueden representar aspectos no visualizados por este y trascendentes a la hora de asumir una política al respecto. Debe propiciar el consenso y tener capacidad de toma de decisión.
En ente aspecto, las habilidades más resonantes son la capacidad de trabajo en equipo, el liderazgo, la motivación, las comunicaciones interpersonales, el manejo de conflictos, la abstracción y diagnóstico y la toma de decisiones.
Por último la entidad en si misma. La actividad, la tecnología disponible, los recursos con que se cuentan, la existencia o no de procesos, el equipamiento, etc., definen el tipo de conocimiento y proyección del Gerente ya que, en principio, el rol a desempeñar tiene directa vinculación a los aspectos técnicos.
En este campo, el Gerente debe ser un experto en el área de su incumbencia pero su capacidad y experiencia debe armonizar con las capacidades internas de la organización. De no ser así, se potencia la frustración y la desmotivación del directivo por verse imposibilitado materialmente de lograr su plan de trabajo.
Los conocimientos apropiados, la experiencia en empresas con problemáticas similares, la capacidad para trabajar con escasos recursos, la disposición para llevar a cabo múltiples funciones, la plasticidad e improvisación (sin extremos de riesgo), son habilidades a tener en cuenta en esta área.
Hay cuatro habilidades más que no se han mencionado dado que no se vinculan con ninguna tarea en particular pero que hacen a la eficiencia y eficacia de todo Gerente.
La primera es la disposición a moverse del sillón gerencial. El caminar la empresa (o mantener contacto) y relacionarse con el personal sin importar jerarquías o roles –de tener una actitud permeable- nutre al Gerente de información no formal que resulta un disparador para la innovación, genera cultura organizacional y favorece al liderazgo.
La segunda habilidad es el buen uso del tiempo. Ya hemos hablado en varios artículos sobre la importancia que tiene el manejo del recurso más escaso con que se cuenta. Bien podemos decir que un Gerente que no sabe administrar su tiempo difícilmente tenga capacidad para administrar (y cuidar) los recursos de la empresa.
Habilidades de un Gerente
Pensamiento o enfoque estratégico
Comunicaciones interpersonales
Técnicas de negociación
Manejo de conflictos
Trabajo en equipo
Liderazgo y motivación
Diagnóstico y toma de decisiones
Administración del tiempo y delegación
Gerencia del cambio
Proactividad
Conocimientos técnicos específicos
La tercera es la capacidad para gerenciar el cambio. La velocidad de cambio que estamos viviendo no ha sido vista nunca en la historia de la civilización y lo que es peor…se acelera día a día. Actualmente el conocimiento humano se duplica cada 2 años y se espera que en pocos años este plazo se cuente en días.
Esto hace que el entorno donde deba desarrollarse la organización este profundamente sumergido en la incertidumbre que todo cambio genera.
Las nuevas tecnologías, nuevos competidores, demandas más exigentes, etc. obligan al Gerente a tener una gran capacidad de cambio y adaptabilidad. Lo pasado no es regla para el futuro y en ese marco de acción debe dejarse la seguridad de lo conocido para trabajar sobre un futuro absolutamente incierto sin dejar de lado la motivación y orientación de su organización.
Y la última y que esta muy ligada a la anterior, es el ser proactivo. Muchos gerentes son meros repetidores de órdenes de sus superiores o bien administradores (cuidadores del status quo patrimonial y social) del ente. Hoy se requiere de un gerente “empresario” que no espere órdenes para actuar aún a costa de asumir riesgos.
El esperar señales duras del mercado u órdenes ya hace que se esté perdiendo el tren del cambio y con eso la capacidad de sobrevida de la empresa.