Una construcción aislada con lana de vidrio Isover produce un ahorro de electricidad y gas de más de un 50% y la inversión que debe realizarse se recupera en menos de un año.
El sector de la vivienda consume el 30 % de la energía en nuestro país y podría reducir el consumo por lo menos en un 50 %, con la aplicación de la norma Iram 11.605 para la aislación de una vivienda.
A partir de estudios realizados sobre la realidad Argentina, el seguimiento de la norma Iram 11605 lograría un ahorro de hasta el 83 % de energía si se toma el nivel “recomendado” por la norma, aunque en el caso en que se aisle de acuerdo a el nivel “medio”, el ahorro sería de un 53 %.
Esto significa que una vivienda de 140 metros cuadrados, con muros de ladrillo macizo de 30 centímetros y tejas con machimbre a la vista, consume 25.600 KWh al año en calefacción y 11.500 en refrigeración. La misma vivienda con 5 centímetros de fieltro de lana de vidrio en los muros y cubierta por 10 centímetros del mismo producto, consume 9700 kwh al año en calefacción y 2.270 en refrigeración.
El ahorro que se produce en el ejemplo anterior, es del 68 % y la inversión realizada en aislación, se amortiza en 10 meses.
En la Argentina, sólo un 30 % de las construcciones cuentan con un sistema de aislamiento de estas características, que además ofrece seguridad contra incendios, protección acústica de la vivienda y reducción del peligro de las emanaciones de monóxido de carbono.
La lana de vidrio Isover es un producto que se fabrica en la Argentina, se distribuye en todo el país y se exporta al resto del cono sur.