El mercadeo, como muchas otras disciplinas, esta en constante evolución. Por ejemplo en el comportamiento consumidor y/o comprador, estamos enfrentando importantes cambios. De los tradicionales almuerzos y comidas en casa, frente a un tradicional plato de la región, nos estamos enfrentando a un frío sandwich con una gaseosa, consumido a las carreras en nuestro propio escritorio o en una estrecha cocineta de oficina. O nos estamos enfrentando en un “mall” de comidas rápidas, en donde cada uno de los de la mesa elige lo que quiere, a unas jugosas hamburguesas preparadas en minuto y acompañadas de salsas y ensaladas. Nos encontramos frente a un ambiente industrializado y por fuera del marco hogareño.
En muchos de nuestros hogares se ha reemplazado el tradicional chocolate humeante o el café con leche caliente por un yogur frío que sacamos de una nevera y revisamos, algunas veces, si aun no esta vencido y es posible consumirlo. Ya no se hace el pan en casa, mucho menos las arepas, ya son todas iguales redonditas y con el mismo peso y se compran en el supermercado y se guardan en la nevera para preservar una dudosa frescura.
Si abrimos la nevera es posible que encontremos muchos alimentos preelaborados y congelados, guardados en bolsitas, esperando el momento en el cual los pongamos en un horno microondas, descongelemos, calentemos y consumamos.
Estos son solamente algunos pequeños cambios en nuestros hábitos y consumos y están seguramente registrados en las estadísticas de las investigaciones de mercados pero no se notan claramente en las estadísticas macroeconomicas. Para detectarlos es necesario ir a los exhibidores de los supermercados y ver los profundos cambios que se han presentado en los productos ofrecidos en las ultimas décadas, aunque es necesario tener varios años para reconocerlos. Las líneas “light” y “diet” , por ejemplo, ocupan espacios que para ellas antes no existían.
Hasta aquí surge una pregunta: nos hemos preparado para esos cambios del consumidor?, Nuestras empresas y servicios si responden a ellos de manera adecuada. Si no hemos respondido a esto no podremos afirmar nunca que hemos respondido a cambios mas profundos como es el hecho que el consumidor o cliente quiere saber quien es usted antes de comprarle o contratarlo. Definir su empresa seguramente no es una tarea fácil y no solo esto sino posicionarla en la mente del consumidor como tal.
Cada día mas participa el marketing en el desarrollo de los negocios, al evolucionar en las empresas de la simple venta de un producto o servicio la dinámica del mercadeo se siente cada día mas, y cada día mas pensamos en esta ciencia, inexacta y especulativa, como una de las alternativas para afrontar exitosamente el futuro. El principio que mueve el mercadeo – la satisfacción del consumidor – que es su esencia misma y la razón de ser, nos impulsa a buscar permanentemente nuevas alternativas, que además de cumplir con los preceptos básicos que nos entrega la definición, sean el punto de partida para un mundo cada vez mejor, en el cual el hombre se sienta mas realizado como hombre y afronte el futuro con optimismo, siguiendo los preceptos básicos del desarrollo sostenible.
Recordemos que el marketing es un problema de percepciones, de la percepción que el cliente o consumidor tenga de nuestros productos o servicios. La guerra del marketing se libra en la mente de los clientes.
El mercadeo y los hombres de mercadeo, tenemos la obligación con el hombre mismo de permitirle un mundo mejor y es por ello que en múltiples ocasiones nos dicen que somos irreverentes, que creemos saber de todo y que incursionamos en los terrenos de todo: la economía, las finanzas, la ingeniería, la administración. Ansiosos de entregar soluciones integrales que tomen las diferentes variables de la mezcla económica y las pongan a vibrar de manera sincrónica y útil hacia los fines perseguidos.
Nunca podemos olvidar inmersos en este mundo de la percepción, los productos, las marcas, la promoción, los servicios, la comunicación publicitaria, la competencia, la comercialización, la logística y todos los demás elementos que conforman la mezcla de mercadeo que la meta de los dueños de las compañías es siempre una: las utilidades.
Para lograr un equilibrio entre estos dos opuestos, contamos con herramientas definitivas y poderosas como la creatividad, la innovación y la capacidad de soñar. Todo esto combinado con la disciplina de tratar de pensar un poco mas adelante de donde están pensando los demás. Con información incompleta poder diseñar estrategias bien estructuradas. Otros elementos importantes: la lealtad y dedicación total a la misión que tenemos encomendada. Tener muy clara la vision de nuestra empresa y mantener la orientación hacia ese logro futuro.
Definitivamente, el marketing, o mercadeo como ustedes lo quieran llamar, llego al mundo con el hombre mismo y se quedo en el como uno de los impulsores del desarrollo del hombre mismo hacia los siglos posteriores, sin embargo no podemos olvidar nunca las sabias palabras del maestro Sun: «la defensa es para tiempos de insuficiencia, el ataque para tiempos de abundancia. Los que se saben defender se esconden en las profundidades de la tierra. Los que saben atacar maniobran en las alturas del cielo. Asi logran preservarse y alcanzar la total victoria».
Son también fundamentales en esto del mercadeo, con la vista hacia el futuro, las palabras del gran estratega Kenichi Omae : » las Empresas han comenzado ha aprender lo que las naciones han sabido siempre, que en un mundo complejo, cambiante y lleno de peligros es mejor trabajar en equipo. Las grandes potencias que operan por medio de acuerdos se unen tradicionalmente a otras potencias similares a los propios. El acuerdo (el poder de una alianza) es una parte importante del repertorio de todo buen estratega y también es valido para los gerentes de empresas en el ambiente competitivo actual.»