Hace poco, en una cena con empresarios, surgió el tema de la Generación “Y” y las dificultades que tienen en sus organizaciones para integrar a estos.
Junto al advenimiento y popularización de la tecnología, Internet, el cable, los celulares, la vida on-line; tras la frustración en cuanto a la materialización de los ideales de sus padres, en convivencia con la difusión de las drogas, la violencia generalizada, el HIV y la globalización; los nacidos entre 1982 y el año 2000 conforman una nueva generación que los sociólogos denominaron “Y” a fin de demarcar el cambio con la anterior denominada Generación “X”.
El gran nivel de comunicación y acceso a la información es la piedra basal de la Generación “Y”. Con solo comparar el nivel de conocimiento de cualquier adolescente de estos días con los de hace 30 o 50 años atrás y podrá fácilmente darse cuenta.
Dicho saber, es la base del poder que estos ostentan y esto trajo consecuencias en su visión de contexto, la relación para con los otros y con ellos mismos.
Como consecuencia de ello, el trabajar con integrantes de la Generación “Y” resulta complejo dado que tienen particularidades que confrontan la formación, el estilo de vida y los valores e intereses de muchos de los actuales propietarios y/o jefes en las empresas ya que estos pertenecen a la ya mencionada Generación “X”.
Esta última reviste una mayor capacidad de adaptación a las normativas sociales y tienden a ser respetuosos de lo establecido por sus progenitores, las formas y los compromisos, considerando el esfuerzo como un elemento fundamental para alcanzar los logros personales.
En contraste, los integrantes de la Generación “Y” tienden a tener una actitud desafiante y retadora donde las instituciones son una mera palabra sin gran contenido en su pensar.
Como si esto no fuera suficiente y a diferencia de los “X”, por obra de los estímulos que han recibido desde su niñez, éstos han desarrollado mucho más el hemisferio derecho del cerebro con lo que aparte del mayor conocimiento que poseen disponen de una mayor capacidad en cuanto a la creatividad.
Lo discuten todo, y teniendo en cuenta que es el hemisferio izquierdo el responsable de la lectura la misma no es su fuerte (ver: “Planificamos con el izquierdo, dirigimos con el derecho” http://www.infocomercial.com/n/planificamos-con-el-izquierdo-dirigimos-con-el-derecho_l40573.php), usualmente su escritura es paupérrima y se redacción pobre.
Casi no conocen el pedir “permiso” y simplemente “informan” o mejor dicho comentan. Hacen ostentación de la diferencia, la individualidad y la rebeldía mostrando sus tatuajes/piercing y se molestan en grado sumo si entienden que alguien; en el trabajo o solicitando el mismo; les hace referencia a su aspecto.
De manera marcada, el dinero y el satisfacer los deseos individuales superan los ideales y el concepto de grupo según la concepción de los “X”.
Esto también hace ver la dificultad para el poder entenderlos y el origen de los conflictos en la relación.
Características más sobresalientes:
• Muestran una cuasi soberbia y autoridad que los hace actuar como si ellos fueran los dueños absolutos de la verdad eterna.
• Son impacientes. La inmediatez en la respuesta a sus demandas es una exigencia no negociable.
• Eligen su carrera por gusto más que por conveniencia futura.
• Pasan más tiempo en la computadora que mirando televisión.
• Tienen una irrefrenable necesidad de estar permanentemente conectados y esto lo logran mediante Internet (chateo, blogs, fotologs, juegos, etc.) siendo justamente esa la mayor utilización que le hacen a esta tecnología.
• No les gustan los libros y la fuente de información para hacer sus tareas y el estudiar se centra en la web.
• Los mensajes vía celular son el sistema de comunicación por excelencia.
• Las fotos, los juegos y el escuchar música son funciones muy utilizadas en sus celulares
• Prefieren estar con amigos, chatear, mirar televisión o escuchar música antes que leer o el hacer deportes.
• Tienen cientos de contactos en sus messenger superando por lejos a las agendas de los “X”.
• En el trabajo les importa más la flexibilidad horaria y el clima laboral que la estabilidad y el ingreso.
• No tienen héroes definidos.
• Son marcadamente individualistas.
• No creen en las organizaciones. Solo creen en sí mismos, por tanto, desconfían de las autoridades y jefes.
• Tienden a no ser respetuoso de pautas horarias y pretenden que los otros –incluso las instituciones- se adapten a sus horarios y costumbres.
• No aceptan el trabajo en exceso y solo lo hacen en forma equilibrada con sus otros intereses y si se ven ante una propuesta que les implique romper dicho esquema lo primero que consultarán es el “¿Por cuánto?”
• Trabajan en términos de objetivos a ser alcanzados por tanto los horarios de permanencia en las empresas le son difíciles de cumplir ya que estos no tienen un claro sentido para ellos.
• No se apegan a las formas y pretenden se les deje vestir a su modo. La informalidad y la comodidad son parte de su estilo de vida a tal punto que ir a la universidad o al trabajo en ojotas resulta parte de su normalidad.
• Los motivan los desafíos pero siempre que estos impliquen un beneficio hacia ellos.
• Se sienten cómodos en las organizaciones o actividades donde el marco se vincula con premios y castigos.
• Les cuesta aceptar la autoridad y requieren de la mayor autonomía posible.
• No les gustan las grandes charlas. Prefieren que se vaya al tema específico con celeridad.
• Prefieren la comunicación vía la tecnología antes que la entrevista personal.
• Valoran a las personas y jefes que alcanzan sus objetivos.
• Requieren se aprecie su talento y experiencia.
• Les es importante que se valore lo que hacen bien y no solo sus errores…los cuales los frustra y los enoja fuertemente.
• Les agrada de sobremanera el ser considerados y que se señale que se aprende de ellos.
• Tienden a tomarse todo con mayor tranquilidad que la generación anterior.
• Viven el presente sin mayores preocupaciones por el futuro siendo la ecología y el medio ambiente, la solidaridad y el género parte de sus prioridades.
• Creen en la igualdad de los sexos y gracias a la tecnología sus amistades trascienden las fronteras.
• El dinero no es la principal motivación de su trabajo.
• Les interesa más la experiencia en el consumo que la posesión de bienes.
• Tienen una especial facilidad de manejo de lo tecnológico y la información que de esta deviene.
• Son más creativos, audaces, temerarios a la hora de romper paradigmas y más versátiles.
• Son dispuestos al trabajo en equipo pero sin modelos jerárquicos que impliquen autoridad rígida.
• No aceptan el que al éxito se llega desde abajo, con esfuerzo y máximo compromiso. A partir de ello, no suelen quedarse en el trabajo más horas que las acordadas y si no se sienten cómodos, simplemente renuncian.
La verdad es que para la generación “X” le es dificultoso la relación con los “Y”. Su concepción de la vida difiere y eso hace que las prioridades y motivaciones sean definitivamente otras.
También es verdad que ellos son parte de la realidad y el futuro de las empresas dependerá de ellos y de la habilidad de los actuales directivos en saber utilizar sus capacidades a fin de lograr los objetivos organizacionales.
Los “X” y los “Y” piensan distinto porque lo hacen desde lugares distintos pero eso no significa que no tengan grandes potencialidades para el desarrollo de la sociedad.
Que sean diferentes no significa que su aporte sea negativo o poco valioso. Solo nos muestran otra realidad que hay que conjugar a fin de ser esto un elemento favorable a la vida del ente y que termine siendo una real ventaja competitiva.
Piénselo, ellos llegaron para hacer su tarea y parte de la misma es crear el futuro y si tiene dudas, escríbame a dcasais@dhcconsultores.com y le responderé a la brevedad.