La grafología es el único test capaz de descubrir laberintos tan secretos que hasta pueden ser desconocidos por el propio escribiente.
Puede evaluar comportamientos y reacciones tanto a nivel conciente como inconsciente. Tiene la particularidad de detectar las más profundas emociones y también las superficiales o momentáneas.
Es sencillo de implementar, rápido y eficaz. Lo único indispensable es que la persona a evaluar, tenga cultura gráfica, es decir que su mano esté entrenada para poder deslizar la lapicera por el papel convirtiéndola en un detector de gran cantidad de información que el grafólogo podrá interpretar.
Como en toda disciplina hay profesionales muy capacitados y otros que bastardean una ciencia amplia y profunda. Cada uno sabrá elegir a quién consultar, como sucede en cualquier otra actividad.
Con esta metodología podemos detectar conductas morales, de honestidad, criminales, de violencia tanto manifiesta como contenida, cinismo, conductas erráticas, enfermedades físicas y psíquicas, se puede definir con claridad personalidades escurridizas y engañosas como las psicópatas entre muchas otras.
Dentro de los más solicitado particularmente en el ámbito de selección de personal, podemos comprobar cómo actúa el postulante en:
General
Grado de comunicación – Área intelectual – Área afectivo / emocional Áreas negativas
Condiciones Personales
Adaptación – Comprensión – Inteligencia – Iniciativa – Criterio – Empeño – Equilibrio emocional – Control de la realidad – Nivel de aspiración – Reserva
Condiciones Frente a la Tarea
Rendimiento – Decisión – Observación – Criterio objetivo – Orden y método – Compromiso – Lealtad- Aceptación de la autoridad -Cumplimiento de normas y reglamentos internos – Puntualidad – Nivel de liderazgo
Es aconsejable conocer todas estas características antes de incorporar un colaborador en nuestra empresa.
Lo ideal para poder realizar un grafoanálisis (informe grafológico) es contar con no menos de 20 renglones escritos, en papel liso, (sin márgenes ni líneas) y firmado. Pero con mucho menos también se puede llegar a firmes conclusiones.
Una vez me ocurrió algo que vale contar como experiencia. En una distribuidora de libros de textos, todos los años, en enero, febrero y parte de marzo, tenía que ingresar alrededor de 250 varones, jóvenes, queda claro que eran temporarios.
Debían realizar una tarea operativa, bajar las cajas de libros de los camiones de reparto que llegaban a la distribuidora, abrirlas, acomodar los libros en los estantes, cargar en el sistema las novedades, armar los pedidos que hacían las librerías y armar los repartos.
Como habían tenido muchos problemas de robos de libros, los dueños decidieron contratarme para seleccionarlos. El tiempo era breve y la gran cantidad de postulantes hacía que solamente se pudiera utilizar la técnica grafológica.
Se publicaban avisos en el diario. A las 8 de la mañana ya había una fila de postulantes que ocupaba toda la cuadra. Para realizar el examen grafológico iban entrando de a 30 personas. En el depósito que era muy grande y cómodo, se ponían caballetes y tablas para improvisar mesas, donde cada postulante se encontraba con una birome y una hoja con un texto impreso en papel liso donde decía: Por favor copie el texto exacto y fírmelo.
Año a año guardaba absolutamente todos los manuscritos, ya que muchos de los ingresados volvían al año siguiente y podía comparar la evolución de su personalidad. Transcurría el cuarto año consecutivo.
Un día viene el jefe del depósito y me dice ¨En la puerta del baño de hombres escribieron un cartel muy grosero dirigido directamente a tu persona¨ Mi respuesta fue, sacá la puerta del baño y traela a mi oficina así puedo ver la letra.
Compruebo el escrito en una puerta blanca con marcador grueso azul oscuro, en letra de imprenta, escrita una grosería pornográfica. Traigo todos los manuscritos, en menos de media hora sabía quién era el autor de la humorada.
A esa altura del mes de febrero ya había ingresado alrededor de 150 temporarios, le digo al jefe del depósito: ¨ reuní a todos los ingresaos y llevá la puerta, que la vean todos.
Hecho esto, les digo a todo el grupo: Los reúno para mostrarles este escrito, que en realidad carece de importancia. Pero aquí hubo una falla y fue mía, cuando ingresé a esta persona, porque básicamente trato de incorporar gente que respete a la empresa como respeta su casa, y vos XXX……, no escribís estas cosas en la puerta del baño de tu casa. Por eso habrá dos acciones, vos estás despedido y yo tengo que revisar los ingresos.
El empleado no podía creer lo que pasó, cuando se retiraba le dijo al jefe de depósito que en el baño, seguramente había una cámara que lo había filmado, con lo cual queda claro que ni él podía creer que su letra lo delató.
Viene al caso únicamente para comprobar que aunque las condiciones del escribiente, no sea las óptimas, que aquello que se llama ¨lapsus cálami¨ compatible con la huella digital, está presente en cualquier escrito y situación y esto puede detectarlo un grafólogo.