Los Principios Estratégicos
Los Principios Estratégicos constituyen el «software» que la mente del STRATEGOS procesa para llevar adelante la práctica estratégica. El entendimiento de estos principios y su aplicación diferencia una «acción estratégica» de otra cualquiera.
Los Principios Estratégicos no constituyen propiedad de nadie. Existen a partir de la experiencia que el hombre ha tenido a lo largo de miles de años de historia y de cientos de miles de conflictos en los que se ha involucrado y con los que ha tenido que interactuar. El conocimiento de estos principios le corresponde al estudioso, quien con dedicación y paciencia habrá de enfrentar el fabuloso desafío de descubrirlos y entenderlos. Ninguna obra, por sí sola, se encuentra en la capacidad de registrarlos en su totalidad, por ello en el esfuerzo que prosigue habrá que entender por fuerza que «no son todos los que están ni están todos los que son», apenas sí se encuentra incorporada la definición de la lógica y de la naturaleza que estos principios tienen. De ella puede desprenderse parte de su enorme riqueza.
Principio Estratégico «Aplicación de Estratagema»
Estratagema significa: «Ardid de guerra. Fingimiento y engaño artificioso». Ardid, a su vez, significa lo siguiente: » Artificio, medio empleado con habilidad y maña para conseguir algo» .
La Estrategia le debe mucho de su mal entendida fama a aquello que en realidad debe entenderse como Estratagema. Esta en realidad forma parte de la aplicación de lógica estratégica, es un Principio Orientador de la acción, pero en modo alguno reemplaza el entendimiento de la Estrategia y mucho menos de Lo Estratégico.
Muchos STRATEGOS que constituyen la representación más importante del pensamiento estratégico oriental, le brindan a la Estratagema una posición de privilegio entre el pensamiento estratégico. Esto sin embargo no ha merecido el mismo aprecio y la misma atención entre los exponentes occidentales del pensamiento estratégico. Estos últimos han privilegiado siempre los grandes movimientos y la acción.
La aplicación de estratagemas es vital para la efectividad del STRATEGOS, porque cada una de las acciones que se estén desarrollando se revisten de muchísima habilidad.
La estratagema se fundamenta en el fingimiento y en el engaño, en la desinformación o en la manipulación de la misma. La estratagema es un pequeño y concreto plan de acción que únicamente se encuentra claro y tiene sentido en la mente del STRATEGOS. Probablemente nadie más, ni siquiera sus más cercanos colaboradores, la conozcan en su integridad.
La estratagema consiste en fingir que se está haciendo algo, cuando en realidad se está haciendo otra cosa, consiste en hacer creer que se está pensando una cosa, cuando en realidad se está pensando otra. La estratagema busca hacerle ver al oponente lo que uno quiere que vea y no necesariamente lo que debería ver. Por medio de una estratagema se hace evidente la información que uno quiere que sea evidente, el resto no, hasta el momento en que la realidad no pueda ser revertida por el adversario.
El STRATEGOS que es hábil en el manejo de estratagemas propende a ser impredecible, sus movimientos son difíciles de prever, sus respuestas raramente pueden ser calculadas, sus métodos se vuelven ortodoxos únicamente porque están soportados en una heterodoxia permanente.
Probablemente la forma más efectiva de aplicar estratagemas es justamente la discreción absoluta en cuanto a lo que representan las verdaderas intenciones y la mayor expresividad por lo que respecta a todo el resto. Esto demanda mucha habilidad histriónica del STRATEGOS pero es algo muy eficaz.
La estratagema tiene mucho de arte, pero los vectores sobre los que se apoya son muy simples: fingir mucho para conseguir que el oponente se engañe con respecto a las intenciones propias. La estratagema explota el miedo visceral que el hombre tiene por lo desconocido, por lo inesperado.
Sun Tzu, tiene una forma particular de describir las estratagemas: «Toda actividad bélica se halla basada en el engaño. Por eso cuando nos hallemos en disposición de atacar, hemos de simular que somos incapaces; cuando empleemos nuestras fuerzas, debemos parecer inactivos; cuando nos encontremos cerca, hemos de lograr que el enemigo crea que estamos lejos; cuando estemos lejos debemos hacer que nos supongan próximos. Brinde un cebo para atraer al enemigo cuando éste codicie pequeñas ventajas; atáquele cuando se halle en desorden. Si se encuentra bien preparado con una fuerza sustancial, redoble las precauciones. Si es fuerte en la acción réhuyale. Si está airado, trate de desanimarle. Si se presenta humilde, hágale arrogante. Si sus fuerzas han descansado bien, desgástelas. Si están unidas divídalas. Lance el ataque cuando él no esté preparado; adopte una acción cuando sea inesperada» .
Algunas de las estratagemas más importantes que se puedan aplicar deben buscar la victoria sin combatir o la victoria sin gasto excesivo de tiempo y recursos. Se espera de ellas que consigan evitar un Conflicto de muchas proporciones.
Una de las aptitudes que el STRATEGOS debe tener es Imaginación. Por medio de ella la estratagema cobra vida en su mente y es también gracias a ella que su forma no tiene límites. Y la Imaginación es una manifestación de poder mental, no necesariamente de enorme capacidad. Es necesario forzar la mente para desarrollar opciones más allá de lo evidente, una detrás de la otra hasta que la intrincada estructura por sí sola alcance complejidad y de lo profundo de ella se extraiga una respuesta que ya carece de simplicidad, que no forma parte de ningún facilismo o acción evidente.
El proceso es mucho más sencillo que el resultado: opción tras opción tras opción, una acción probable tras otra, una alternativa sumada a la otra, muchas respuestas para una sola pregunta. De todo ello habrá de escogerse lo que menos se esperaba encontrar y se hará entender al oponente que se ha escogido «lo que todo el mundo supuso» que debería escogerse.
De tanto fingir, el oponente no sabrá nunca cuando no se lo está haciendo, de tanto engañarlo se podrá llegar a hacer las cosas rectamente sin oposición ni molestia, porque se ha creado un oponente precavido que carece de la iniciativa y en el que ha mermado mucho la seguridad y la confianza. Y sin estos factores vitales es muy difícil encarar el Conflicto con ventaja.