1- Cambiar la orientación y contenidos en la estrategia empresaria: empezar a manejar la relación como vehículo de generación de ventas. La presión ahora produce un efecto boomerang.
2- Incorporar capacidades de cambiar a mi gente, enseñar a pescar, no a recibir una caña. Un cambio los hace pasar de un escalón a otro superior pero de nuevo es un estancamiento.
3- Superar el paradigma, no incorporar otro nuevo. Esto se logra desarrollando inteligencia.
4- Ser competitivo, el producto se definirá de otra manera. No quedamos atados al producto: éste es el resultado de una carencia en un momento determinado, pero esas carencias cambian cuantitativamente y cualitativamente, por eso lo que importa es la competitividad de la empresa.
5- Manejar cuotas de oportunidad, no cuotas de mercado que al detectarlas ya son obsoletas. Debemos comprar por la oportunidad que tienen, no por b que ahora son.
6- Incorporar capacidad de aprender a desaprender. Es mucho más difícil desaprender que aprender. El quiebre de muchas empresas argentinas se ha dado porque han sido exitosas de una manera y nunca cambian.
7- Contar con capacidad de anticipación. Esto se logra desarrollando inteligencia. Cuando reaccionamos ante el mercado es tarde; sólo con un gerente en esta verdadera acepción se puede lograr.
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