7 acciones para fomentar la creatividad desde el liderazgo : Si bien la creatividad ha sido siempre un elemento importante para las empresas, la realidad es que los directivos no le han prestado demasiada atención. Tal vez se deba a que ha sido vista como algo excesivamente intangible y difícil de gestionar. Sin embargo, las cosas están cambiando. La era de la economía del conocimiento ha dejado paso, o mejor dicho, ha sido complementada, por la llamada economía de la creatividad. Ante este cambio de paradigma, la creatividad ha pasado a formar parte de las prioridades de aquellos que ocupan posiciones de liderazgo.
En una economía en la que los ciclos de vida de los nuevos productos o servicios se acortan, y los gustos de los clientes cambian a mayor velocidad que en el pasado, las empresas necesitan algo más que eficiencia para seguir siendo competitivas. La eficiencia y la calidad, han pasado a ser factores higiénicos, es decir condiciones necesarias para poder competir en el mercado, pero en ningún caso fuentes de diferenciación. Incluso una empresa como Apple, ejemplo de creatividad e innovación, es tremendamente eficiente. Valga el anterior ejemplo para afirmar también, que la capacidad de generar la mayor cantidad y calidad de ideas, se ha convertido en uno de los pilares de la competitividad.
Ante este interés creciente por la creatividad, o tal vez debería decir necesidad, los líderes han empezado a situarla en sus agendas. No hay duda de que el liderazgo empresarial juega un papel relevante a la hora de gestionar las tensiones entre eficiencia y creatividad. Una de sus funciones principales ha pasado a ser el fomento y apoyo de la creatividad, lo cual requiere construir entornos menos hostiles con todo aquello que sea nuevo, y que pueda incluso llegar a cuestionar el status quo y los diferentes elementos que han hecho que sus empresas sean lo que son hoy en día.
El líder de una empresa creativa no tiene porque ser necesariamente creativo, pero si debe ser capaz de crear las circunstancias para que la creatividad forme parte del ADN de su empresa. En el camino por lograr entornos más creativos, los líderes deberían tener presente que más que gestionar la creatividad, lo que hay que hacer es gestionar para la creatividad. Para lograrlo, las personas son clave, ya que son las personas las que tienen la capacidad de crear. Los líderes humanistas saben que si desean grandes dosis de creatividad, deben centrarse en las personas.
La primera prioridad del liderazgo debe ser por lo tanto reunir a las personas adecuadas. Según Teresa Amabile, profesora de Harvard y especialista en creatividad, para lograr organizaciones creativas deben darse tres factores, conocimiento, pensamiento imaginativo y motivación. Por lo tanto, la clave está en crear equipos u organizaciones que contengan esos tres ingredientes, y asegurarse de que sus miembros disponen de tiempo y espacios para crear, conversar, divergir e imaginar.
A continuación expongo siete acciones que considero fundamentales para crear entornos de trabajo creativos, teniendo siempre como elemento central a las personas.
1. Aprovechar todo el talento creativo de la organización
Habitualmente las decisiones sobre nuevos lanzamientos son tomadas por la alta dirección, y es función de otros niveles jerárquicos inferiores la ejecución de tales decisiones. Sin embargo, las buenas ideas pueden provenir de cualquier nivel de la empresa. Es absurdo pensar que sólo los “jefes” pueden tener buenas ideas. Por este motivos muchas empresas intentan aprovechar el talento de todos los miembros de la organización, independientemente de su posición. Para ello abren los procesos de creación y facilitan la participación en ellos, con el objetivo de lograr el mayor número posible de ideas.
Antes de proseguir quiero aclarar que estas ideas deben dar respuesta a retos concretos, se trata por lo tanto de creatividad enfocada, y deben también ser implementadas. La innovación es la suma de diversos elementos, entre los que se incluye la creatividad, y debe transformarse finalmente en creación de valor y resultados. Las ideas son un elemento importante, aunque por si solas no garantizan nada. Sin embargo, debido a que este post se centra en la capacidad creativa de las empresas, dejaré de lado estos aspectos, pese a ser de gran importancia.
2. Estimular y facilitar la colaboración
Uno de los mitos de la creatividad es la imagen del genio creativo solitario. Sin negar que tales personas existan, la creatividad organizacional debe construirse a partir de bases más sólidas. La complejidad del entorno hace que a día de hoy la mayoría de innovaciones provengan de la suma de contribuciones de varias personas.
Algunas personas muestran mayor talento para las fases de divergencia, es decir la generación de ideas, mientras que otras tienen una mayor visión de negocio y son más adecuadas para descartar las iniciativas con poco potencial, o para hacer evolucionar las ideas iniciales hasta convertirlas en conceptos de negocio robustos y defendibles.
El fomento de la colaboración es una pieza indispensable, y requiere actitudes como la transparencia, la confianza, la generosidad y la humildad, es importante que los miembros de los equipos dejen el “ego” y los galones en casa, antes de asistir a sesiones de trabajo creativas y colaborativas. Según Robert Sutton, profesor de la Universidad de Stanford, las diferencias jerárquicas y de status pueden dificultar el intercambio de ideas, debido a que las personas con poder intentan monopolizar dichas sesiones y hacer valer su posición.
3. Abrir la organización a diferentes perspectivas
Frans Johansson, autor del libro “El efecto Medici”, afirma que la innovación aparece en la intersección de disciplinas, de áreas de conocimiento y de experiencias vitales diferentes. Por ese motivo muchas empresas intentan crear equipos diversos, que provean a las empresas de puntos de vista distintos, lo que conduce a generar un mayor número de alternativas, y lograr que las ideas que avancen sean consideradas también desde distintos ángulos.
Si bien la diversidad puede ofrecer múltiples beneficios, también requiere una gestión adecuada de los conflictos que puede generar. En algunos casos, las personas muy creativas no encajan en ciertas culturas organizativas excesivamente rígidas y orientadas a la eficiencia, por lo que pueden ser origen de conflictos e incomodidades, pero son también indispensables a la hora de cuestionar el status quo y forzar a la organización a salir de su zona de confort.
4. Proveer de desafíos intelectuales y de propósito
Muchos trabajadores, en especial aquellos con más inquietudes, no sólo desean obtener unos ingresos como fruto de su trabajo, sino que también buscan satisfacer algunas de las necesidades que aparecen en los niveles superiores de la pirámide de Maslow, como por ejemplo la autorrealización.
Las personas que anhelan dotar de significado su trabajo, enfrentarse a retos relevantes y ser desafiados intelectualemente, ofrecen grandes oportunidades a las empresas que sepan identificarlos y dar respuesta a sus motivaciones. Según un estudio realizado en la Universidad de Duke, los trabajadores motivados por los desafíos intelectuales tienden a ser más productivos. Ignorar este hecho puede suponer un grave error.
5. Permitir a las personas trabajar en aquello que las apasiona
Tal y como comenta Sir Ken Robinson en su libro “The Element”, cuando las personas unen sus talentos naturales con sus pasiones personales, pueden lograr resultados fantásticos. Esto requiere un conocimiento profundo de las habilidades e intereses de los miembros de la organización.
A partir de aquí no sólo se les puede incluir en proyectos para los que se les considere adecuados, sino que también ofrecerles tiempo para que se dediquen a proyectos de su interés, prácticas utilizadas en empresas como 3M, Google y Novartis, con excelentes resultados.
Otro concepto interesante es el de ofrecer un mercado interno de puestos de trabajo, algo a lo que llamo “Innojobs”. Se trata de describir los perfiles requeridos para cada proyecto y permitir que los trabajadores presenten sus candidaturas a aquellos que más les interesan, pasando por un proceso de selección en caso de ser necesario.
6. Crear espacios destinados a la creatividad
Los espacios de trabajo físicos dan soporte a la innovación y la creatividad, y tienen una gran influencia en los comportamientos de las personas. Se trata de un elemento estratégico que va más allá de las cuestiones puramente estéticas. Juegan un papel fundamental en el fomento de aspectos relacionados con una cultura creativa, y facilitan la colaboración entre personas, así como la generación, evolución y comunicación de nuevos conceptos.
Los espacios de trabajo deben facilitar los siguientes elementos, en ocasiones creando distintos espacios para cada uno de ellos:
- Inspiración
- Reflexión
- Colaboración
- Comunicación
7. Mostrar interés y apoyo
El hecho de que las personas que se enfrentan a retos que requieren importantes dosis de creatividad, dispongan de elevados niveles de motivación intrínseca, no significa que el comportamiento de los líderes no sea relevante. Un buen líder, puede hacer mucho para inspirar, guiar y apoyar a los equipos creativos.
El interés que muestren los líderes, el modo en que formulan sus preguntas, y las muestras de reconocimiento, son aspectos nada despreciables para estimular la aparición de nuevas ideas, para cohesionar los equipos y para mandar un mensaje claro acera de la importancia que la creatividad, y la innovación, tienen para la empresa. Es fundamental que los líderes pasen tiempo con los trabajadores involucrados en actividades creativas, y les ofrezcan un feedback constructivo.
Existen sin duda otros aspectos importantes para fomentar la creatividad, como por ejemplo los procesos, las metodologías y las herramientas. Pero se trata de aspectos no relacionados directamente con las personas y por eso han sido omitidos en esta entrada, lo cual no significa que no deban ser tenidos en cuenta a la hora de construir un entorno de trabajo creativo.
Los líderes que deseen fomentar y consolidar la creatividad en sus organizaciones, deben poner todo su empeño en las personas, y lograr que de la diversidad existente en sus organizaciones salgan nuevos conceptos, que tendrán como elemento clave la capacidad creativa de cada uno de sus miembros.
Los tiempos en que la eficiencia y la calidad eran suficientes para triunfar en el mercado, han quedado atrás. Ahora ha llegado el momento de la creatividad como fuente de diferenciación, y para ello se precisan líderes que saquen lo mejor de sus equipos, y sepan convertirlos en músicos de jazz capaces de hacer sonar nuevas melodías, a partir del conocimiento de diversos estilos musicales.
Vía: planemprendedor.com